El autor es el apóstol Pedro, uno de los doce discípulos de Cristo. La fecha es de aproximadamente entre el 60 y 64 d.C., probablemente desde Roma (llamada “Babilonia” en 5:13). Los destinatarios son cristianos “expatriados” o “exiliados” (1:1) en varias regiones del Asia Menor (actual Turquía), muchos de ellos sufriendo persecución.
PUNTEO DE SUCESOS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES
Exhortación a los creyentes dispersos a recordar su identidad celestial (1:1–2).
Alabanza por la esperanza viva por la resurrección de Cristo (1:3–9).
Llamado a la santidad, como hijos obedientes (1:13–25).
Los creyentes son piedras vivas en un sacerdocio santo (2:1–10).
Sumisión en diversos contextos: al gobierno, al patrón, en el matrimonio (2:13–3:7).
Llamado a sufrir con paciencia por causa de la justicia (3:13–22).
Exhortación a vivir para la voluntad de Dios, no para los deseos humanos (4:1–6).
Advertencia sobre la prueba del sufrimiento y el juicio venidero (4:12–19).
Instrucción a los pastores sobre su rol y a los jóvenes sobre la humildad (5:1–7).
Llamado a resistir al diablo firmes en la fe (5:8–11).
TEMAS PRINCIPALES
Esperanza viva y herencia eterna: Pedro empieza con una declaración fuerte sobre la esperanza que tenemos “mediante la resurrección de Jesucristo” (1:3), guardada para nosotros en el cielo.
Identidad del pueblo de Dios: Los cristianos son “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (2:9). Esta identidad define cómo deben vivir en un mundo que los rechaza.
Sufrimiento con propósito: Pedro no minimiza el sufrimiento, pero lo ubica en el plan soberano de Dios: prueba la fe, glorifica a Cristo y prepara al creyente para la gloria venidera (1:6–7; 4:12–14).
Llamado a la santidad: La santidad no es opcional. Pedro dice: “Sed santos, porque yo soy santo” (1:16), citando a Levítico. La ética cristiana fluye de la identidad redimida del creyente.
Sumisión cristiana: En un mundo hostil, Pedro llama a los creyentes a una actitud de sumisión: al gobierno, al amo injusto, y en el hogar. No como debilidad, sino como reflejo de Cristo.
Resistencia espiritual: Pedro recuerda que el cristiano debe ser sobrio y velar, porque el diablo anda como león rugiente (5:8). El sufrimiento no debe llevarnos al temor, sino a la firmeza.
RELEVANCIA PARA EL CRISTIANO
Consuelo en medio del sufrimiento: 1 Pedro ofrece una teología sólida del dolor. El sufrimiento no es una señal de abandono, sino una oportunidad de glorificar a Cristo.
Vivir como peregrinos: Desde una visión reformada, el cristiano vive como “extranjero y peregrino” en esta tierra, anhelando la patria celestial (2:11).
Testimonio ante el mundo: Pedro anima a vivir de tal manera que incluso los incrédulos glorifiquen a Dios al ver nuestras buenas obras (2:12).
Ejemplo pastoral: El capítulo 5 da principios para el liderazgo bíblico: pastorear con humildad, sin avaricia, siendo ejemplo, no dominadores.
VERSÍCULOS CLAVE
1 Pedro 1:3–4 – “Nos hizo renacer para una esperanza viva… para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible.”
1 Pedro 2:9 – “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios…”
1 Pedro 4:12–13 – “No os sorprendáis del fuego de prueba… gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo.”
1 Pedro 5:6–7 – “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios… echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”