El Apocalipsis, escrito por el apóstol Juan desde la isla de Patmos, es una revelación de Jesucristo dada a su siervo para mostrar las cosas que deben suceder pronto. Este libro, profundamente simbólico, tiene como centro al Cristo glorificado, y su propósito es consolar, exhortar y afirmar a la Iglesia perseguida en su fidelidad, mostrándole que la victoria final pertenece al Cordero y no a las fuerzas del mal.
El libro se divide en varias secciones proféticas que, desde una visión reformada, suelen entenderse no como una cronología estricta, sino como una serie de visiones paralelas (ciclos) que presentan la lucha espiritual desde distintos ángulos. Es el enfoque amilenialista que ve en Apocalipsis la historia del conflicto entre Cristo y Satanás a lo largo de esta era, desde la ascensión hasta la segunda venida.
LOS SUCESOS IMPORTANTES INCLUYEN:
Las cartas a las siete iglesias (capítulos 2–3), donde Cristo evalúa a su Iglesia y la llama al arrepentimiento y perseverancia.
La visión del trono celestial (cap. 4–5), donde el Cordero es hallado digno de abrir el libro sellado.
Los juicios sucesivos: siete sellos, siete trompetas y siete copas, que muestran el juicio de Dios sobre el mundo rebelde.
La mujer y el dragón (cap. 12), una imagen de la lucha entre la Iglesia y Satanás.
La bestia, el falso profeta y Babilonia (cap. 13–18), símbolos del poder político, religioso y económico opuestos a Dios.
La caída de Babilonia y el triunfo de Cristo (cap. 19).
El milenio, la última batalla y el juicio final (cap. 20).
El nuevo cielo y la nueva tierra, donde Dios morará con su pueblo para siempre (cap. 21–22).
Temas principales:
La soberanía de Dios y del Cordero sobre la historia y los juicios.
La gloria y centralidad de Cristo como el vencedor.
La perseverancia de los santos en medio de tribulación.
El juicio final y la justicia divina sobre el mal.
La esperanza escatológica de una nueva creación sin muerte, pecado ni dolor.
Desde una perspectiva reformada, Apocalipsis fortalece la confianza del creyente en medio de las pruebas. Aclara que el sufrimiento de la Iglesia no es accidental, sino parte del plan soberano de Dios que conduce hacia la consumación del Reino. No llama al escapismo, sino a una fidelidad activa en un mundo hostil, sabiendo que Cristo reina y vendrá con poder y gloria.
RELEVANCIA PARA EL CRISTIANO:
Apocalipsis no es un mapa del fin del mundo, sino un libro de esperanza y adoración. Invita al creyente a vivir con una mirada eterna, sabiendo que todo está bajo el dominio del Cordero. Exhorta a resistir la seducción del mundo, la idolatría y el temor, y a mantener firme la fe en Jesucristo, aun en medio de persecuciones, porque “el que venciere heredará todas las cosas”.