y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Hebreos 12:5-7 RVR1960
Queridos amigos, nos habíamos puesto a pensar en algún momento que el Dios Padre ¿podría tratarnos como a verdaderos hijos?
En este pasaje vemos que sí lo hace, con todos los creyentes. ¿Cuál es el llamado a la reflexión y al mismo tiempo exhortación o llamada de atención que Dios nos hace? ¿De dónde viene? Viene de su palabra escrita, donde podemos encontrar toda exhortación necesaria para una vida espiritual sana y efectiva.
La reprensión o llamada de atención la recibimos cuando leemos y/o aplicamos su bendita palabra y ella nos toca el corazón llevándonos a realizar un alto y haciendo que después del momento de reflexión sintamos dolor en el alma por lo malo que hemos estado haciendo.
Es llamativo cómo no nos resulta tan difícil pedirle perdón a Dios y nos cuesta tanto pedir perdón al prójimo.
Se nos enseña a no desmayar cuando seamos reprendidos. Se refiere a que no debemos dejar de combatir para ganar la buena batalla contra nuestro pecado.
Si no somos reprendidos por la palabra, la reprensión puede llegar directamente a nuestro diario vivir por cualquier otro medio, para lograr discernimiento es indispensable el conocimiento de las santas escrituras.
Porque el problema que todos tenemos se llama pecado, que es transgresión a la ley de Dios, la cual merece severo castigo. El castigo definitivo es el lago de fuego y azufre, sin embargo Dios, quien es padre perfecto, disciplina a sus hijos para encarrilarlos en Su camino, no los castiga como merecen, pero genera suficiente disciplina como para hacerlos crecer en espíritu..
A Dios no le falta imaginación para sus actos disciplinarios que pueden ser de diversa índole, comenzando por una noche de desvelo, hasta alguna dura prueba en el ámbito laboral, de la salud o donde más se sienta.
El creyente que tiene su confianza puesta en Dios, es decir que está munido del don de Dios llamado fe, aceptará con gozo las disciplinas y las pruebas, porque sabe que un padre perfecto le está ayudando a crecer espiritualmente para la futura dicha en el reino celestial.
Soportemos con gozo las disciplinas de Dios por ser tratados como verdaderos hijos, si viene de Él es porque en verdad lo necesitamos.
Les deseo un día brillante con Jesús en sus corazones.