Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6 RVR1960
Queridos amigos, con tristeza oigo y leo con cierta frecuencia la expresión «gracias a Dios y a la vida».
Es sin duda una expresión fruto de la ignorancia.
Agradecer a Dios debe ser todo, porque Él es el Creador de la vida y la vida por sí misma es nada.
Vemos que para la humanidad sin Dios la vida (terrenal) lo representa todo.
Por doquier vemos cómo el hombre busca caminos y verdades que hagan que la vida valga la pena. Es más, busca cómo lograr una vida cómoda y placentera, ese es uno de sus mayores objetivos. La salud juega un papel preponderante para muchos y por tal motivo muchas verdades andan pululando por todos los medios, dando pautas sobre las maneras de vivir más sanamente y mejor a fin de prolongar la vida física en este mundo.
Las personas creen que son hijos de Dios porque no podría ser de otra manera y por tanto también aseveran que el cielo les espera.
Eso se puede constatar leyendo los obituarios en los periódicos y los comentarios que muchos hacen, sin ir lejos, en Facebook. Cuando alguien muere escriben que la persona ya está gozando de Dios o que ya está en el cielo, sin preguntarse en lo más mínimo, sobre quiénes gozan en verdad de vida eterna.
Es probable que sea cuestionado por estas observaciones, pero la única manera de irse al cielo es siendo seguidor genuino de Jesucristo.
No falta ocasión en la cual nos es necesario preguntar por una dirección y después de seguir las instrucciones recibidas, no la encontramos. Me sucedió un par de veces que cuando pregunté por una dirección me dijeron «sígame, yo le llevo». Consideró que la expresión verdadera «Cristo es el camino», implica que Él muestra la dirección por dónde caminar y guía de manera perfecta hasta llegar al objetivo a través del camino nuevo abierto por Él.
Cuando Jesucristo dice que es «el» camino, manifiesta que Él es el único camino posible a la verdad, a la vida y al Dios Padre.
No todos los caminos son aptos para llegar a Dios, el único posible es a través de la obra de Cristo Jesús en la cruz del calvario. Ni la religión ni el conocimiento, menos el entendimiento intelectual de la verdad pueden llevar a las moradas celestiales de Dios, solo Cristo lo puede hacer.
El Señor es enfático al atribuirse la absoluta exclusividad de ser el único camino, la única verdad y la verdadera vida.
El relativismo de estos tiempos enseña que no puede existir una sola verdad y menos absoluta, hay quienes aseguran que seguir una de las tantas religiones es suficiente, en tanto que Cristo niega tal aseveración diciendo que Él y solo Él es poseedor de la única verdad, Él es la única fuente confiable del universo y Él está dispuesto a enseñar a quienes le sigan.
Dios nos ha regalado la revelación de la Biblia para que conozcamos la verdad de Jesucristo, el quiere que conozcamos sus profundas verdades, de manera tal que podamos seguir el camino y obtengamos la vida.
La verdadera vida está en Cristo, quien encuentra al Señor encuentra vida espiritual y eterna. Se trata de la única vida que vale la pena vivir, porque está libre de sufrimiento, de dolor y penas, además es pura y sublime, y se lleva a cabo según la voluntad del Padre en Cristo Jesús.
Quiera Dios Padre regalarles bendiciones eternas.