Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:6-8 RVR1960
Queridos amigos, normalmente nos nutrimos de nuestros pensamientos, y nuestros actos, así como nuestras palabras son consecuencia de nuestros pensamientos, aunque con frecuencia se habla y se actúa sin pensar.
Más allá de lo jocoso, reflexionemos sobre nuestros pensamientos y la necesidad de mantenerlos limpios y puros, para lograr tener palabras y acciones congruentes con éstos.
El apóstol nos invita a pensar en todo lo bueno, y solamente en lo bueno.
Qué invitación más atractiva para lograr tener buenas palabras y buenas acciones y como consecuencia también un corazón puro. Recordemos que la palabra dice que de la abundancia del corazón habla la boca.
Tengamos en mente solamente lo que es verdadero, lo que es honesto y justo. Siempre pensando en cosas amables y virtuosas.
Mi forma de dejar de pensar en cosas malas es iniciar a alabar al Señor, pidiéndole poder pensar en pensamientos puros y de alabanza. De esa manera he podido vencer en variadas ocasiones a los malos pensamientos que empezaban a horadar mi alma y mi espíritu.
Que Dios les bendiga ampliamente.