Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Juan 3:3-5 RVR1960
Queridos amigos, el día de ayer asistí al bautizo de un bello bebé hijo de una querida amiga.
Para los presentes fue un evento lleno de significado y muchos se emocionaron hasta las lágrimas, terminamos en una celebración familiar muy amena extendida también a algunos amigos, acompañada de deliciosos platillos y mucho cariño. Como se diría una celebración muy bien planificada, con todas las de la ley, para tenerla en la memoria, como se quiere.
Lo penoso fue el discurso tergiversado de la Biblia que nos dio el cura de turno. Más allá de toda la liturgia religiosa católica la interpretación distorsionada de la palabra de Dios me llevó a misericordia.
Por supuesto que no podía decir, menos hacer algo, puesto que probablemente arruinaría el evento al que con tanto cariño fui invitado. Solo pensé con tristeza para mis adentros, cómo un hombre religioso puede aportar a llevar a los fieles por caminos de tinieblas.
Aseguró que las palabras vertidas por el Señor Jesucristo en el Evangelio de Mateo, cuando dijo que había que nacer de agua y del Espíritu, estaban directamente ligadas al bautizó católico, es decir a mojar con agua la cabeza de un bebé y que por arte de magia también es bautizado en el Espíritu.
Ambas cosas equivocadas, nacer de agua se refiere a nacer de mujer, el bebé está dentro de la bolsa en líquido, compuesto principalmente de agua. Nacer de agua, en un sentido no literal, implica purificación espiritual obrada por el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios en el momento de la salvación. Se nace de nuevo a través de la regeneración del espíritu del hombre, eso es el bautismo en el Espíritu, esto no sucede a pedido y menos de forma automática, solo se da por la voluntad soberana de Dios, cuando Él así lo dispone.
De ahí las palabras del Señor Jesucristo en el mismo pasaje, Juan 3:8: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; más ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” Daba a entender que el Espíritu de igual manera que el viento no puede ser controlado ni comprendido por los seres humanos, sin embargo, su obra es evidente.
La doctrina católica no tiene sustento bíblico al afirmar que después de pasar por la pila bautismal, se deja de ser criatura y se pasa a ser hijo de Dios. El cura bendice el agua para que cobre algún poder sobrenatural y consiga el efecto buscado, lo penoso es que nada de eso pasa, y lo más penoso todavía es que los seguidores católicos se la creen, porque es fácil asumir la mentira cuando es complaciente, si en verdad realizarán un análisis meditado de lo sucedido a la luz de la Biblia, quizás las cosas cambiarían.
Es preciso haber oído el Evangelio para poder creer, por lo tanto, ¿cómo es posible que un niño que todavía no tiene uso de razón pueda creer? El bautismo de Juan el bautista era de arrepentimiento, el decía arrepentíos y convertíos, algo imposible para un niño.
El bautismo en agua del cristiano es un acto consciente de obediencia y reconocimiento del señorío de Jesucristo, que ningún niño sin un nivel de raciocinio determinado, está en condiciones de llevar a cabo.
Además de la religión católica existen algunas denominaciones cristianas, que practican el bautismo de niños, la diferencia está en que unos creen que es para salvación y otros lo hacen como iniciación cristiana, que Dios nos de ojos para ver y oídos para oír.
Les deseo un día muy bendecido.