Un poco de levadura leuda toda la masa. Gálatas 5:9 RVR1960
Queridos amigos, es menester de los creyentes más crecidos enseñar a sus hermanos menos desarrollados en la fe a no bajar la guardia contra el fermento de la falsa enseñanza que está en los lugares menos pensados.
Los cristianos genuinos somos libres a través de la libertad que el Hijo de Dios nos regaló, fuimos liberados de todo lo que podría obstaculizar nuestro desarrollo espiritual, cosas tales como mandatos minuciosos de reglas y requisitos sacerdotales, así como preceptos varios del Antiguo Testamento.
Pero nuestra libertad está restringida por los dictados de nuestra nueva naturaleza, recordemos que somos seres nacidos de nuevo, que estamos bajo la ley de Cristo y debemos cumplir la ley mosaica por obediencia a nuestro Señor y salvador, pero ya no para salvación.
Así como las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1 Corintios 15:33), las palabras equivocadas de doctrinas erradas carcomen como un terrible cáncer (2 Timoteo 2:17). Ahora bien, no es necesario destruir para hacer el mal, una mala enseñanza es suficiente para conseguir alejar de la verdad a cualquier crédulo o al inexperto convertido desde no hace mucho.
El evangelio debe doler, arder e incomodar, si no llega de esa manera, puede tratarse de charlas religiosas para la motivación de la semana o de algo más “in” como el “coaching” espiritual. Sermones de pastores que no piensan en las almas de sus feligreses, buscando elevarles la moral a través de un sentido pseudo espiritual condimentado de Biblia.
Y las ovejitas asisten domingo tras domingo a calentar el banco pasivamente, sin cuestionarse absolutamente nada, pensando estar caminando con el Señor Jesucristo, pero con poco o nada de evangelio en sus corazones. Además creen que con las prácticas semanales de reunirse en alguna casa para orar y aprender, o realizar alguna obra buena han llegado a la cúspide de su cristianismo.
Casi nadie se ocupa de mostrarles el camino verdadero, y si tienen la bendición de que alguien se les acerque con la verdad, lo rechazan, porque están cómodos con lo que tienen. Son personas religiosas con la consciencia cauterizada, que se gozan en la presencia de sus falsos maestros, pues ellos son también como la levadura que contamina la masa con su influencia negativa en las congregaciones.
Así como un poco de barro contamina el agua en un vaso, también las enseñanzas falsas cambian el significado del mensaje original, influenciando malamente el pensamiento de muchos.
Jesús utilizó la ilustración de la levadura que leuda la masa para referirse a las falsas enseñanzas de los fariseos de su tiempo. También en estos tiempos debemos cuidarnos de los fariseos modernos, es suficiente con una persona mala para infectar a los demás.
Huyamos de aquellos que introducen errores destructores, y por supuesto, de quienes se dedican a difundirlos. Al menor indicio estamos llamados a escapar, mientras podamos resistamos a toda levadura. Sin duda es mucho más cómodo no oponerse a la mentira en vez de defender la verdad, si el apóstol Pablo hubiese tomado tal actitud no tendríamos sus escritos y su obra no habría existido.
Si es necesario ofender a alguien en pro de la verdad y la justicia será necesario hacerlo. No hay mayor peligro que hacerle creer a un falso maestro que estamos de acuerdo con él. Reprendamos el pecado y el error, hagámoslo con amor pero con firmeza.
Les deseo un día muy bendecido.