Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:21-23
Queridos amigos, les invito a leer un texto que muchos deben tomar muy en serio.
Especialmente en estos nuestros tiempos el engaño es frecuente en una considerable cantidad de congregaciones.
Por favor examínenlo todo y lean con atención.
¿Procede tu alimento espiritual de una sola fuente?
¿Perteneces a una iglesia o a una congregación «cristiana» que tiene un nombre y un liderazgo propios?
¿Se nutre tu institución religiosa de lo suministrado por tu(s) líder(es)?
Si es así, es posible que tu doctrina y tu fe estén erradas o incompletas, por la simple razón de que tu alimento espiritual procede de una sola fuente.
El cuerpo o la Iglesia universal de Cristo tiene muchos miembros y cada uno de ellos expresa una parte de Cristo. No existe ni ha existido jamás un miembro que supliera todo lo que el Cuerpo de Cristo necesita. Para ser el Cuerpo del Señor, necesitamos la ayuda y la contribución de todos los demás miembros y debemos estar abiertos y receptivos a la obra de Dios en ellos.
De hecho, ni siquiera la Biblia fue escrita para individuos, sino para una Iglesia corporativa y para una familia universal en Cristo.
Cuando una iglesia se limita a seguir las enseñanzas y las doctrinas de un solo hombre, de un solo grupo o institución, lo más seguro es que se aleje de la «Visión Colectiva» que posee el Cuerpo de Cristo.
Fácilmente puede desviarse de la sana doctrina, y con el tiempo, de forma sutil y gradual, podría llegar a convertirse en una institución destructiva de tu fe.
Extractado de salvoporgracia.com
He vivido esa penosa experiencia y por desgracia conozco a muchos que siguen inmersos en ella, pensando equivocadamente que están en el mejor lugar, con el mejor pastor.
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36