«Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.» Santiago 3:2 RVR1960
Queridos amigos, cuántas veces nos hemos encontrado ante una situación con nuestro prójimo y hemos pensado: «pero si yo no quería ofenderle».
El hombre por su naturaleza caída posee el «talento» de ofender con actos y palabras.
Parafraseando de manera folclórica al apóstol Pablo, «como todos ofendemos y así nomás es, sigamos ofendiendo, al fin y al cabo, no nos queda otra». La respuesta sería: «En ninguna manera, porque los que queremos ser obedientes ¿cómo podríamos seguir viviendo en pecado?» (Romanos 6:1-2)
En mi concepto defino dos tipos de ofensas, las que son a propósito y las que no lo son.
Las primeras no tienen excusa, son generadas por la maldad del corazón del hombre. Muchas veces pensamos que la persona que recibió la ofensa se lo merecía.
Me pregunto ¿si a los ojos de Dios hay alguien que se merece ser ofendido?
No lo creo, porque Dios enseña que hay que amar hasta al enemigo, y por amar se entiende tratar bien, con bondad, sin menosprecio y hablar con las palabras correctas y adecuadas.
Las segundas, las ofensas que no son a propósito, también vienen de un corazón duro, provienen en muchos casos del egoísmo y también de la falta de amor.
Podemos ver que en ambos casos actúa un corazón entenebrecido, y si no es por angas es por mangas, es decir de un modo u otro llegamos a pecar ofendiendo.
Podríamos resumir todo ello en nuestra naturaleza caída, ella hace que esté vivo el pecado en nosotros y el pecado es la transgresión a la ley de Dios.
Todos pecamos y si alguien dice que no peca es mentiroso. Por eso es que las sagradas escrituras dicen que no hay uno solo que sea bueno o justo.
Por ese motivo es que necesitamos con tanta urgencia hacer efectiva la cruz de Jesucristo en nuestras vidas.
Es una cuestión de vida o muerte, así de dramático, así de importante.
La cruz se hace efectiva a través de la fe y la fe llega por el oír la palabra de Dios, que es el Evangelio.
Que Dios les bendiga permitiendo que Su maravilloso Evangelio se haga eficaz en sus vidas.