Un poco de levadura leuda toda la masa. Gálatas 5:9 RVR1960
Queridos amigos, los engañadores suelen ser expertos manejando verdades a medias, las cuales tienen efectos más poderosos que las mentiras, ya que convencen con mayor facilidad al receptor del mensaje, gracias a una parte de verdad que lleva a confusión y engaño.
Un poco de falsedad unida a la verdad cambia por completo el significado del mensaje, y si es dicho de forma convincente, puede influenciar de mala manera el modo de pensar de mucha gente.
Leudar significa dar fermento con levadura a la masa preparada con harina. La levadura tiene la propiedad de hacer crecer la masa por medio del proceso de fermentación. Como bien dice la Palabra un poco de dicho fermento consigue leudar toda la masa.
Existe una analogía que me gusta mencionar por su sentido gráfico , la cual dice que una cantidad mínima de heces fecales contamina el agua pura del vaso, un porcentaje infinitesimal de heces es suficiente para impurificar.
No podemos comparar la pureza del agua más limpia con la pureza espiritual de nuestro Dios, porque la pureza y santidad del Creador son infinitas. Entonces podemos imaginar cuánto contamina dicha santidad el pecado más pequeñito y también nos es posible visualizar lo que representan las falsas enseñanzas en cuanto a contaminación espiritual.
Existe otro dicho, hace falta sólo un gusanillo para podrir la manzana y de esa manera las manzanas vecinas entrarán también en proceso de putrefacción. De la misma manera una sola persona enseñando doctrinas equivocadas es suficiente para infectar a muchos.
Es triste observar cómo dentro de muchas congregaciones se anima a los difusores de doctrinas erróneas y a los que los siguen. Son personas que se dedican a perturbar las almas de quienes ponen su confianza en ellos sin tomarse la molestia de escudriñar la Palabra escrita.
El profeta Jeremías en el capítulo 17 versículo 5 describe a aquellos que confían en otras personas como gente que será maldita, porque se apoya en la fuerza humana y aleja su corazón de Dios.
Este pasaje no debe interpretarse en el sentido de no confiar en absoluto en el hombre, sino más bien de verificar con la Biblia, por ejemplo, si lo que el pastor en el púlpito dice es verdad. Es una invitación para alejarse activamente del engaño. Recordemos que todo lo que Dios dice es verdad perfecta y eterna, todo pasará pero sus palabras no pasarán (Mateo 24:35).
El creyente que identifica la levadura que leuda la masa debe actuar reprendiendo el error y el pecado. Es muy posible que el increpado se ofenda como se ofendían los fariseos, pero eso no debe ser un freno para proceder con la defensa de la verdad.
Callando, desde una posición cómoda, el creyente sabedor de la existencia de personas que enseñan falsas doctrinas se puede evitar muchos disgustos y hasta sufrimientos. Pero quedarse en un mutismo observador es malo, sin embargo, si se percibe o descubre que no se puede avanzar con la reprensión, lo aconsejable es alejarse de los falsos maestros, sacudiendo el polvo de los pies (Mateo 10:14).
Tomemos el ejemplo del apóstol Pablo, fiel y firme siervo de Dios, que no dudaba en exponer su vida cuando se trataba de la defensa de la fe y la verdad.
Para no ser contaminado es necesario conocer bien las Sagradas Escrituras, caso contrario será muy difícil resistir la levadura que hace crecer la masa que lleva al infierno.
Lean y escudriñen las Escrituras para estar preparados a fin de poder esgrimir con destreza la espada de la Palabra, el engañador se verá amenazado por tan formidable arma y huirá.
Dios bendiga grandemente su día.