Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Tito 3:4-7 RVR1960
Wow queridos amigos, qué palabras tan poderosas, los más malos también pueden ser salvos, wow.
Nadie tiene que hacer nada para salvarse del infierno, porque no es por obras. ¡Es por MISERICORDIA!
El Padre celestial mostró su amor y bondad para con los hombres, enviando a su único hijo a morir en la cruz por su pecado. Esa sí es una obra de justicia, el único Justo pagó por los pecadores que serían redimidos.
Los convertidos son justificados por la gracia del Padre celestial, teniendo como abogado defensor a Jesucristo.
El Espíritu Santo obra sobre los escogidos, regenerando y renovando sus espíritus para vida nueva.
Dios no sólo perdona al pecador arrepentido, sino que también le regala vida nueva al regenerarle su espíritu y adicionalmente le convierte en su hijo y coheredero del reino conforme a la esperanza (promesa) de vida eterna.
¡Woooow! ¿Verdad?
Que Dios los sobreabunde con bendiciones espirituales.