De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Juan 5:25 RVR1960
Queridos amigos, suena en sumo curioso que un muerto pueda oír una voz. Sabemos que alguien muerto ha perdido la vida y con ella los sentidos, incluidos la vista y el oído.
Cuando el Hijo de Dios menciona a los muertos, se refiere a los que están muertos espiritualmente. ¿Quiénes son estas personas muertas? La respuesta es dolorosamente dura: la humanidad en su totalidad.
El apóstol Pablo menciona en su carta a los Romanos 3:23: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» donde podemos evidenciar que nadie está libre del pecado, porque todos pecaron.
Por otra parte el mismo apóstol menciona en Efesios 2:1 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”, lo cual implica que al estar viviendo en pecado estamos vivos físicamente pero muertos espiritualmente.
Podemos observar que es el Hijo de Dios quien da vida a través del poder de su Palabra, pues la Palabra es la que se oye, es decir el Evangelio. Dios es la fuente de toda vida, sea esta física o espiritual.
El Hijo de Dios es Dios mismo y puede dar vida a todos los que el quiere. Jesucristo está declarando su autoridad como Mesías y Salvador. Ya estaba demostrado su poder para curar y resucitar muertos físicamente, ahora estaba llegando el tiempo en que los muertos espirituales oirían su voz, para nosotros su Palabra, y vivirían eternamente.
Cristo Jesús murió en la cruz para que los que en Él creyesen fuesen salvos, para creer es necesario oír el Evangelio, que es poder de Dios para conversión.
El poder del Espíritu Santo logra que todos los que estaban muertos en pecados puedan volver a nacer a una vida nueva, ese es el nuevo nacimiento espiritual del que el Señor Jesucristo hablaba.
Los que no oigan la Palabra, porque no quieren oír, sufrirán la segunda muerte, después de la primera que es física. Éstos son los no salvos, que serán levantados de entre los muertos para recibir el justo juicio que les corresponde y luego serán castigados eternamente a causa de su pecado que es lo que genera separación de Dios.
Estemos seguros, como que sabemos con plena certeza que nacimos de nuestra madre, que lo que Jesucristo nos está diciendo, de cierto, de cierto se cumplirá.
No esperemos más busquemos oír su Santa Palabra y pidámosle misericordia y perdón.
Les deseo un día muy bendecido.