El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. Salmos 23:1-3 LBLA
Amigos queridos, esta figura del pastor es también aplicada a Jesucristo en el Nuevo Testamento.
Si tengo a Jehová en mi vida, ¿qué me puede faltar?
Este pasaje puede ser malinterpretado y llevarnos a la idea de que nada físico nos faltará. Es posible que nuestro Señor soberano nos quiera bendecir con cosas materiales, pero no es parte de esta promesa.
Dios es mi pastor guiando mi vida y llevándome a pastos de gracia.
El Todopoderoso siembra en nuestros corazones el amor por su ley y el anhelo de querer cumplirla por amor a Él, entonces somos guiados por sendas de justicia, buscando hacer lo bueno.
Todo lo anterior conforta nuestras almas, porque no hay mejor cosa que vivir con y para Dios.
El pasaje termina aclarando que lo que Dios hace por mí lo hace por amor a su nombre, me parece bastante obvio, porque ¿qué podría encontrar en mí para actuar de otra manera? Aquel que piensa que es merecedor de algo a los ojos de Dios, está equivocado.
Que tengan un día bendecido.