Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. Nahúm 1:7 RVR1960
Queridos amigos, cuando somos niños confiamos en nuestros padres, creemos que ellos lo pueden todo, mediante vamos creciendo desarrollamos confianza por nuestros amigos, creemos que estarán siempre a nuestro lado y una vez adultos nos damos cuenta que solo se puede confiar en pocos.
¿Cuán diferente hubiera sido mi vida si hubiese podido confiar en Dios desde mi niñez? Lo que sí puedo afirmar, es que, a pesar de no haber tenido a Dios como parte de mi vida, peor aún, haberlo rechazado, Él siempre fue bueno conmigo.
En mi criterio no sirve de mucho decir y pensar que se confía en Él, cuando poco o nada se sabe de Él. Para muchos es suficiente suponer que es un Dios bueno como para poner en Él su confianza.
Cuando uno empieza a conocer más sobre el Dios verdadero, se va dando cuenta que la relación es bidireccional con un peso mayor de lo que nosotros debemos hacer por Él que lo que Él debe hacer por nosotros.
Él no nos debe nada y nosotros, los que hemos sido bendecidos con su maravillosa gracia, se lo debemos todo.
Él es el Dios todopoderoso creador del cielo y de la tierra, nosotros somos su creación y a partir de que hemos sido convertidos por su infinito poder, pasamos a ser sus hijos, que también tienen condición de siervos.
Como hijos no tenemos el menor derecho de exigir nada, se lo debemos todo a Él y como siervos tenemos el deber de servirle en sumisión y obediencia.
Como todo hijo podemos hacerle peticiones, siendo conscientes que no necesariamente las escuchará. Más bien deberíamos enfocarnos en lo que podemos hacer por Él.
Aquellos que han recibido el don de fe pueden creer con total certeza que Jesús es su Señor y salvador, estas personas saben que pueden confiar con total certeza en el cumplimiento de las promesas de Dios, pero también tienen el anhelo de vivir para la gloria de Dios. Es por eso que la palabra dice que Dios conoce a los que en Él confían.
Finalmente, Jehová es roca y fortaleza, castillo y libertador. Está siempre presente para los que en Él confían.
Que Dios nos bendiga con su don de fe, para que podamos confiar en Él y nos conozca.