Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?» Salmos 89:47 RVR1960
Recuerda lo breve que es mi vida, ¡qué vacía e inútil es la existencia humana! Salmos 89:47 NTV
Queridos amigos, en el ámbito filosófico una de las cuestiones más debatidas es la razón de la existencia del hombre y cuál sería su trascendencia.
También en las congregaciones neopentecostales está de moda que los pastores inviten a sus feligreses a identificar su propósito, y hay una cantidad importante de autores cristianos modernos que centra la atención de sus escritos en este tema.
El ego humano conjuntamente con la falsa creencia de que el humano es un ser superior que puede dominarlo todo o casi todo, lleva a creer que su presencia en este mundo es trascendental, en resumen, el hombre se pone como centro de todo.
Dentro de esta breve vida el hombre natural, en general, mira hacia atrás y se jacta de lo que hizo y se arrepiente de todo lo que dejó de hacer, y en el menor número de casos retrocede para arrepentirse de lo que no debió haber hecho.
Sin embargo, el creyente mira hacia atrás y ve su triste pasado y alaba y glorifica al Dios todopoderoso por permitir que siga vivo a pesar de todo lo malo que hizo.
Las escrituras nos enseñan que el hombre fue creado por Dios para su gloria, sin embargo, vemos que muy pocos conocen el motivo de su existencia.
Esfuerzo mi imaginación para tratar de visualizar el aporte que el hombre natural le podría hacer a Dios y mi conclusión es que nada le puede ofrecer.
El hombre es por naturaleza un ser egoísta y pecador, en contraposición Dios es infinitamente santo. Estas condiciones son absolutamente contrarias y generan una distancia infranqueable entre Dios y el hombre. Eso implica que para el hombre es imposible acercarse a Dios, quedando en las manos soberanas del Creador decidir si Él decide acercarse al hombre o no.
La palabra pregunta ¿por qué habrás creado en vano al hombre? Y complementa diciendo «cuán vacía e inútil es su existencia».
El hombre por sí mismo y lejos del Creador vive sin un propósito agradable a Dios, de esa manera su existencia se hace vacía y vana, determinando también su futuro eterno.
Ahora entendemos de la necesidad de Dios que todos tenemos, Él es el único que llena todos los vacíos del hombre y hace su vida útil, es decir le impulsa para comenzar a cumplir el propósito para el cual fue creado, vivir para la gloria de Dios.
El hombre necesita ser tocado por la gracia de Dios para que su pecado sea lavado con la sangre de Jesucristo, a partir de ese punto su vana existencia toma un giro admirable y comienza a vivir para Dios.
Vive para alabarle y glorificarle, vive para serle obediente y amarle. Empieza una vida con propósito, mirando hacia la eternidad.
Reciban muchas bendiciones de nuestro Señor Jesucristo.