Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. Juan 5:43 RVR1960
Queridos amigos, desde que he sido bendecido con discernimiento cristiano he visto con indignación hombres que llenan salones y hasta estadios de gente incauta que cree que éstos harán algo bueno porque son los «ungidos» de Dios.
Se venden como enviados de Dios, bendecidos con poder para sacar demonios y sanar. Lo doloroso es que los que se «sanan» en el fragor de los «fuera» y los «yo declaro en el nombre de» en verdad no se han sanado.
Se trata de charlatanes que se aprovechan de la inclinación de las personas de escuchar cualquier cosa que complazca sus expectativas «espirituales» o cualesquiera sean éstas, sanidad, prosperidad, estabilidad, etc.
Cuando éstos hombres, poseedores de un insondable orgullo personal, son confrontados, su argumento es que a los que no se sanan les falta fe, conclusión que no tiene ningún sustento bíblico.
Me pregunto, si tienen el poder, por qué no van a hospitales donde hay muchos enfermos que necesitan sanarse?
Jesucristo ya lo dijo, a mi que he venido en el nombre de mi Padre no me reciben, pero a cualquier otro que les vende ideas de bendición, de sanidad y de satisfacer sus necesidades como ustedes quieren que sean satisfechas, a ese sí le reciben.
Puntualmente Jesús se está refiriendo a los judíos que no le aceptaban, es notable cómo los estudiosos más grandes de las Sagradas Escrituras rechazaban al Cristo.
El problema era que usaban las Sagradas Escrituras para sustentar una teología que ellos mismos habían desarrollado. Eso mismo está ocurriendo en nuestros días, porque se somete la Biblia a los propios criterios, siendo que se debe formar criterios en función a lo que la Biblia enseña.
Es aún peor, porque multitudes, que apenas conocen las Escrituras, se dejan conducir por caminos escabrosos, porque los engañadores utilizan contenidos de la Palabra mezclándolos con fábulas profanas de viejas, como diría el apóstol Pablo, logrando de esa manera engañar a la gente.
Recordemos que mucho menos que un poquito de barro es suficiente para contaminar el vaso de agua. Podemos beber agua contaminada sin darnos cuenta que lo está porque no disponemos de los instrumentos para verificar su pureza. El único instrumento para determinar la verdad es la Biblia, por eso se hace tan necesario conocerla a fondo.
Estemos atentos a no seguir a líderes supuestamente cristianos, constatemos si su ministerio es solo y únicamente para la gloria de Dios o es para buscar su propia gloria, les aseguro que su afán por la vanagloria es muy visible.
Es necesario recibir a quien vino en nombre del Padre, Jesucristo es el único que puede sanar nuestros corazones. Solo creyendo en Él es posible ser salvo.
No nos enfoquemos en el ahora y en el acá, sin duda muchos necesitamos salir de los dolores de este mundo y le buscamos con ese objetivo.
Nuestro enfoque debe centrase en vivir para Él, para su gloria, y no que Él viva para nosotros. Les aseguro que una vez convertidos en hijos de Dios, no seremos nunca más soltados de su mano y aunque estemos pasando por gran pesar su gozo y su paz no nos abandonaran.
Primero debemos arrepentirnos y convertirnos, lo demás vendrá por obra y poder del Todopoderoso y no a través de personas que nadie envió.
Les deseo un día muy bendecido.