Tema al SEÑOR toda la tierra; tiemblen en su presencia todos los habitantes del mundo. Porque El habló, y fue hecho; El mandó, y todo se confirmó.» Salmos 33:8-9 LBLA
Queridos amigos, el temor de Dios no es el miedo que Dios pueda infundirnos, sino el reverenciar a Dios con el mayor de los respetos, apuntando a vivir en obediencia.
El Todopoderoso es digno de toda gloria y de toda reverencia. La palabra dice que en la segunda venida de Jesús, todos doblarán rodillas y se postrarán ante Él reconociendo que es Dios.
Existen muchos que están tan convencidos de la evolución que se atreven a negar la existencia de Dios y yo fui uno de ellos.
Hoy, gracias a la infinita gracia de nuestro Padre celestial obrando en mi persona, puedo asegurar, gritando a voz en cuello, que estuve equivocado y que Dios es el creador de todas las cosas sin ninguna evolución de por medio.
El Santísimo sólo tiene que hablar para que las cosas se hagan, Él solo tiene que mandar para que las cosas existan y todo lo que podemos ver e imaginar es su creación.
Ante un ser que todo lo puede y cuyos pensamientos son infinitamente más altos que los nuestros, solo queda reverenciarle en temor.
Padre santo y bendito permítenos tener sentidos espirituales desarrollados para poder apreciar en nuestra medida humana lo que Tú en verdad representas.
Que tengan un día bendecido.