Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Juan 5:21 RVR1960
Queridos amigos, para muchos es común hablar de Dios de manera genérica, es decir que no piensan en Él en la persona del Señor Jesucristo.
Si los cristianos ostentan ese nombre es porque son seguidores de Cristo, quien a su vez es parte integrante del misterio de la Trinidad y es Dios con todos los atributos que tienen el Padre y el Espíritu Santo.
Los cristianos están llamados a vivir una vida Cristo céntrica, precisamente porque Cristo Jesús es Dios mismo, quien permitió que sean perdonados de pecados, sean liberados de la esclavitud del pecado y de esa manera puedan tener acceso al reino de los cielos para vida eterna.
Jesús, durante su presencia en este mundo, jamás actuó independientemente del Padre. Él tenía muy clara su unión con el Padre formando una sola unidad con Él, por tanto, seguía únicamente la voluntad del Padre, es decir hacía todo lo que el Padre le mostraba, lo cual le daba toda la autoridad.
No se puede honrar al Padre sin honrar al Hijo, pues la perfecta autoridad del Hijo deriva plenamente del Padre, precisamente por la perfecta obediencia que el Hijo demostraba ante el Padre.
Este versículo causaba indignación entre los judíos, no tenían problema con la primera parte del mismo, porque ya estaba escrita en el Antiguo Testamento, sin embargo, la segunda parte se convertía en un problema porque no aceptaban o no entendían que Jesucristo fuese Dios.
Dios Padre es el dador de la vida, nadie vive sin su poder creador y Jesucristo también es el dador de la vida, nadie está verdaderamente vivo hasta que Él se convierte en parte de su vida.
Él es quien da vida espiritual a todos los que en Él creen como el Hijo de Dios y Salvador del mundo. Así mismo, Él también niega esta vida nueva a todos los que Le rechazan, porque se rehúsan a creer que Él es el Rey de Reyes y Señor de señores.
Quien entra en Jesucristo, porque Él ya ha entrado en su vida, descubre una vida totalmente nueva. Todo es hecho nuevo, la persona a pesar de seguir siendo la misma en carne y hueso es otra, su forma de pensar y de relacionarse con las personas es diferente.
De pronto tiene un anhelo por las cosas de Dios y su enfoque sobre la vida, el trabajo, los tiempos de ocio y los tan anhelados placeres de la vida cambia radicalmente.
La vieja vida terminó, se abren horizontes nuevos pero no desconocidos, se empieza a vivir en el gozo y la paz del Señor. Saberse con vida nueva sin merecerla es el mayor motivo de gozo que el hombre nacido de nuevo puede tener en este mundo. Inicia una vida en la plenitud de Jesucristo, incluidas sus maravillas, sus promesas y bendiciones.
Puede que haya muchos que acepten la primera parte del versículo como verdadera, sin embargo, los muchos que no aceptan la segunda parte como realmente genuina, no están haciendo otra cosa que rechazar a Jesucristo. Les espera la muerte eterna, que no es otra cosa que la separación definitiva de Dios terminando en un horrible lugar.
Jesucristo da vida en este mundo, Él es el verbo y mediante Él fueron hechas todas las cosas, así también en su segunda venida todos los muertos resucitarán. Él resucita el cuerpo y da vida al espíritu, y la da libremente a los que Él quiere.
Les deseo un día muy bendecido.