Él será la seguridad de tus tiempos, Abundancia de salvación, sabiduría y conocimiento; El temor del SEÑOR es tu tesoro. Isaías 33:6 NBL
Queridos amigos, no creo que haya uno solo que pueda afirmar que nunca pasó por un tiempo de tristeza, dolor o desasosiego. Pero hay pocos que pueden aseverar tener gozo y paz en el Señor incluso en los momentos más difíciles de su vida.
Tan generalizada como tan necia es la expresión común “gracias a la vida”, algunos lo hacen mejor diciendo “gracias a la vida y a Dios”, sin embargo, lo correcto es decir siempre “gracias a Dios”.
¿La vida da vida? No, la vida no otorga vida, solo Dios regala vida. Entonces la vida es el efecto de la obra creadora de Dios. Y lo que se considera que da la vida no es producto de la suerte o del infortunio, tiene sus causas arraigadas en la naturaleza que Dios ha puesto y que va dando, en la naturaleza del hombre, y en las decisiones que se van tomando, estando éstas entre las variables más relevantes.
El objeto de la creación del ser humano es la gloria de Dios, es decir que fuimos creados para Su gloria. Todos deberíamos glorificar a Dios sin importar en el estado o condición que nos encontremos. Si nacimos pobres y de clase social baja gloriemos a Dios. Si fuimos puestos en cuna de oro y recibimos los mejores cuidados gloriemos a Dios. El sano y el enfermo, el guapo y el feo, el tullido y el atleta, todos deberíamos glorificar la deidad de nuestro Creador.
El creyente genuino debe estar preparado para cualquier condición de vida. El apóstol Pablo nos enseña: Porque nada trajimos a este mundo, y nada nos podemos llevar. Así que si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso (1 Timoteo 6:7-8). Y continúa: Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez (Filipenses 4:12).
El hombre natural no tiene un interés verdadero por la gloria de Dios, porque nace en una condición caída espiritual, la cual lo convierte en pecador por definición, y peor que eso, pues la Biblia enseña que en realidad es esclavo del pecado y que además está muerto en delitos y pecados. Tampoco tiene el sentido de contentamiento que el hombre espiritual debe tener.
Por eso es necesario que Dios de lugar al nuevo nacimiento, que es la regeneración del espíritu muerto en delitos y pecados a vida nueva. Cuando el espíritu es regenerado el hombre pasa de su condición natural a una nueva espiritual. A partir de ese punto se genera un cambio radical el cual conduce a que el hombre anhele glorificar a su Dios y quiera hacer todo para Su gloria.
El humano en su condición nueva inicia también una relación con Dios, pues la relación solo puede ser de índole espiritual. Se puede aseverar que a partir de dicho momento Dios será la seguridad de sus tiempos.
Jesucristo afirmó que este es un mundo de tribulación, es decir que habrá problemas, dolor y tristeza. Es erróneo pensar que aquel que se convierte a Dios tendrá una vida como una taza de leche. Sin embargo, en tiempos presentes y futuros, en la juventud, adultez o vejez, en tiempos malos y buenos, en tiempos de paro o de trabajo, de amores o de soledad, en tiempos de incertidumbre o de seguridad, en tiempos de abundancia o de escasez Dios estará siempre con el creyente.
Lo que al hombre debería interesarle sobre todas las cosas es caminar con Dios a su lado. Lamentablemente parece que aquellos que reciben lo que no merecen por parte de Dios, su divina gracia, son los únicos que valoran de verdad la salvación. La respuesta a esta condición está dada justamente a través del conocimiento (ciencia) y la sabiduría espirituales que se generan en quienes desean vivir para la gloria de Dios, porque se dedican a conocer la Palabra escrita, que es sabiduría plena de Dios.
El hombre a partir de su conversión ingresa en un círculo virtuoso, pues Dios le bendice con misericordia y gracia, lo renueva espiritualmente y lo bendice en todo tiempo y lugar, a su vez el hombre empieza a confiar en quien reconoce como su Señor y salvador, además desea ser obediente a sus mandatos y busca vivir en el temor de su Dios. Una maravillosa relación circular.
Les deseo un día muy bendecido.