Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. Juan 21:25 RVR1960
Queridos amigos, la hipérbole es una figura literaria que consiste en aumentar o disminuir de manera exagerada lo que se dice.
Para aquel que no tiene conocimiento de Jesucristo las palabras del apóstol Juan podrían sonar desproporcionadas o hiperbólicas, sin embargo, se puede comprender que no hay ningún exceso, si solo se piensa en la dimensión del conocimiento del Señor al haber realizado esta creación en la que vivimos.
El conocimiento del hombre, tanto empírico, como científico y académico, es tremendamente limitado en cuanto a su entorno. Cuánto hubo que se perdió y cuánto más habrá por descubrir, analizar, ordenar y catalogar en la historia de la humanidad. Visto desde ese punto de vista los libros no tendrían dónde ser guardados.
Por otra parte, la comprensión humana en cuanto a las cosas de Dios también es tremendamente limitada. El apóstol Juan se daba cuenta de dicha limitación, porque era consciente de que le faltaba muchísimo por comprender de aquello que había visto y vivido.
La sabiduría y el conocimiento divinos son infinitamente extensos. La mente y el discernimiento humano son capaces de cubrir solo una pequeñísima parte de esa inmensa variedad de temas.
La plenitud de Cristo Jesús es inimaginable e inexplicable para nuestra limitada mente humana. De todas maneras podemos hablar del maravilloso esplendor de nuestro Señor, de cómo brilla su luz, y aún así, aunque a nuestros ojos pareciera que sabemos mucho de Él, se puede aseverar con certeza, que nuestra condición humana sólo consigue captar muy poco de Él, solo lo que quiere que entendamos.
Todo lo maravilloso que podemos leer sobre Él a través de la Biblia y todo lo admirable que vivimos como hijos de Dios es solo una pequeña parte de lo que experimentaremos en la vida venidera. Y ni en la vida venidera tendremos el alcance para conocer la plenitud de Dios.
Y a pesar de todo ello, lo que Dios decidió poner en su Palabra escrita es suficiente para conducirnos hacia sí mismo, para darnos todas las pautas para una buena vida en Cristo, para andar en fe y en amor.
En la Biblia no hay carencias, es todo lo que se necesita. ¿Qué sería de nosotros si hubiese mayor contenido? Nuestra limitación humana hace que no recordemos muchas cosas, que se nos olviden otras y que pasemos por alto otras más.
La sabiduría contenida en las Escrituras es inconmensurable. Ni estudiando la Palabra durante toda la vida podremos extraer el conocimiento y sabiduría que contiene. Gracias a Dios que el Espíritu Santo nos guía y nos enseña, llegado el momento Él se ocupará de darnos el conocimiento más completo de las cosas.
Toda la Biblia, desde el Genesis hasta el Apocalipsis, fue escrita para exaltar y dar a conocer a Jesucristo. Habla de su gracia inagotable, de su infinito amor, justicia y poder, de sus maravillosas e incontables victorias. Está escrita para que podamos creer que Jesús es el Cristo, el unigénito Hijo de Dios, el Señor y Salvador; y si creemos en verdad, tendremos vida eterna en el reino de los cielos.
Les deseo un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.