No matarás. Deuteronomio 5:17 RVR1960
Queridos amigos, a todos nos es familiar el dicho «hay miradas que matan».
Así mismo, imagino que no faltó ocasión en la cual miramos a alguien con el deseo de que se lo tragara la tierra. Mateo 5:28 nos enseña que lo que pensemos de malo ya generó pecado en nuestro corazón, por lo tanto basta con el pensamiento de querer que alguien muera para haber pecado de asesinato.
Muchos dirán que los cristianos somos unos exagerados, sin embargo, fue el mismo Jesucristo que dejó estas enseñanzas, ¿podríamos dudar de la Palabra perfecta de nuestro Rey y Señor?
Más allá de la discusión y resistencia que los incrédulos podrían generar en relación a la dimensión y consecuencia de este pecado, el creyente genuino sabe cuán importante es ser obediente.
La probabilidad de asesinar a alguien o matar sin querer es bastante pequeña, por lo que quizás no habría que poner este mandamiento como uno de los más relevantes, sin embargo, nuestras pasiones nos llevan a querer destruir a nuestros enemigos más íntimos en nuestras mentes, deseándoles en el mejor de los casos poco bien.
El odio también es homicidio, eso nos enseña 1 Juan 3:15, y también nuestras lenguas pueden matar, lo vemos en Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.” Finalmente Santiago 3:5-8 nos enseña sobre el gran mal, que un pequeño órgano como la lengua, puede provocar.
Nuestro deber es anhelar preservar la vida, no solo la vida física que es intrascendente, sino la vida espiritual que es para la eternidad. Nuestros pensamientos y sentimientos deben estar enfocados en Jesucristo, de ninguna manera debemos tener pensamientos homicidas y tampoco debemos odiar ni siquiera a un enemigo.
Nuestro Señor nos enseñó en el Sermón del Monte “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” Mateo 5:43-45
El creyente debe hacer el bien, amar, bendecir y orar por todos, incluyendo a sus rivales y enemigos, sin duda se trata de una tarea que requiere de entrenamiento disciplinado y está es una exhortación a todos nosotros para trabajar en nuestra disciplina espiritual.
Dios es Creador de la vida y quiere que nosotros los humanos seamos respetuosos de ella, sin embargo, Él como dueño absoluto de todo puede quitar la vida de quien considere adecuado. Sería un grave error pensar que Dios estaría yendo en contra de su propio mandamiento al matar a alguien.
Todos somos pecadores y todos somos sujetos de juicio (Romanos 3:23), la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23), es decir que los enjuiciados tendrán como sentencia final la muerte, por lo tanto su vida será tomada legalmente y no habrá ningún quebrantamiento de la ley. Vemos que Dios en su justicia no actúa de manera ilegal cuando decide matar.
El mandamiento se podría traducir como «no asesinarás», porque matar en defensa propia no es un asesinato, tampoco matar a un asesino en la silla eléctrica es un homicidio, es consecuencia de la justicia del hombre, indiferente si algunos están a favor o en contra.
Les deseo un día bendecido. Recuerden que Jesucristo es nuestro único pastor.