También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo. Lucas 4:41
Queridos amigos, en variadas ocasiones les he pedido a mis hijos que se callen, especialmente cuando se encontraban en momentos de rabia y eran capaces de soltar a los mayores monstruos imaginables por su delicada boca.
Mi deseo de contención a través de un acto de dominio propio inducido por un padre desesperado de no herir la santidad de Dios normalmente no tenía éxito, mayor era el furor de la ira descontrolada que amainaba poco después.
Hubiera deseado tener el poder de Cristo Jesús para no dejarles hablar, así como el Señor hacia con los demonios que iba encontrando por su camino.
En mi caso familiar la intención era para no echar más leña al fuego del pecado, en cambio en el caso de Jesús la intención era la de mantener la verdadera identidad del Señor oculta de quienes le rodeaban.
¿Por qué Jesús no dejaba hablar a los demonios?
Santiago nos dice en 2:19 que los demonios también creen, pero en contraposición al gozo del creyente ellos tiemblan. Significa que saben perfectamente que Jesús es el hijo de Dios y conocen el final que les espera.
Por más poderosos que puedan ser los demonios, la autoridad de Cristo es definitiva y por tanto no les queda más opción que someterse a ella y obedecer.
Hubiera sido muy fácil lograr que la gente crea en la deidad de Jesucristo oyendo lo que seres sobrenaturales decían y reconocían, Jesús no estaba en busca de ese tipo de publicidad, menos a que Satanás lo presionara para desviar el plan perfecto de Dios, que era mostrar Su identidad en los tiempos establecidos por el Padre.
Satanás sabía que mostrar al Mesías tendría una consecuencia política que llevaría a una revolución. Los judíos se sentirían poderosos con la presencia de su Mesías y no dudarían en levantarse contra el águila romana confiando en que el Mesías barrería sus ejércitos de la tierra ocupada. Satanás como siempre busca la forma de ir en contra de Dios.
El plan divino era que Jesús se mostrara como siervo sometido a la voluntad de Dios, que se viera primero su ejemplo de humildad y obediencia hasta morir en la cruz del calvario, antes de mostrarse como Rey de reyes y Señor de señores. Era necesario que se viese el carácter del Cristo antes de ver el poder de la Deidad.
Que hermoso ejemplo para nuestro diario vivir, vivamos como Cristo Jesús, sometidos a la voluntad de Dios en obediencia y humildad, dejando atrás el orgullo y nuestros aires de grandeza.
Que tengan un día bendecido.