Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Salmos 32:1 RVR1960
Queridos amigos, el pensamiento del mundo es “hay que darse el gusto, si uno no se mima ¿quién lo hará?”
Esta forma de pensar va ligada a la visión de disfrutar la vida mientras se pueda, pues en algún momento todos vamos a morir.
Al hoyo acompañan un ataúd y la vestimenta del difunto, la billetera se queda en manos de otros. Dicen: “es bueno darse gusto porque la muerte llega sin pensar y se lleva al más feo y al más bonito sin anunciarse ni pedirle permiso”.
Ahora bien, ¿qué es eso de darse gusto? Se argumenta, que puede parecer frívolo y banal, pero en realidad no lo es. Se entiende que darse un gusto es mejorar la propia vida emocional, genera una autovaloración, que conduce a una mejora de la autoestima. Aporta para sentirse bien y darse su propio lugar, respondiendo a deseos y necesidades.
No darse gustos equivaldría a postergarse por los demás y si se hace de manera permanente puede terminar en algo malo. Esa es la enseñanza de la psicología moderna.
Si me doy gusto comiendo un delicioso bocado de chocolate o saliendo a dar una vuelta para despabilar mi mente, no hay problema. La situación se complica cuando la intención de darse gusto, se relaciona con el pecado.
Les pongo un ejemplo de la publicidad de cerveza.
Hace un tiempo el eslogan de una afamada marca de cerveza era “date el gusto” y su última versión dice “celebremos, tenemos con qué”. La intención del marketing es reventar el stock sin importar las borracheras y los muchos problemas adyacentes. Aunque hipócritamente, sugieren un consumo medido y con prudencia.
El objetivo se cumple, porque la gente es orientada al consumo creyendo que se está dando el gusto. No le importa transgredir la ley de Dios mientras se pueda dar el gusto. Un ejemplo es suficiente, pero los hay muchos relacionados con la búsqueda de placeres, que llevan a la lujuria, la mentira, el engaño, la idolatría, el adulterio, la fornicación, etc.
Cuán diferente es el panorama cuando se cuenta con una perspectiva más allá de la muerte física. Las cosas que podrían haberse presentado como seductoras antes de conocer a Dios dejan de ser atractivas. El convertido genuino tiene una tendencia mucho más reducida a darse (ese tipo) de gustos.
El pecado es el gran problema de la humanidad, porque es causa de su desgracia. Gracias a Dios existe una invaluable solución para tan dramática situación. Se trata de la muerte de Jesucristo, su expiación en la cruz cubre las transgresiones del creyente verdadero. Al pecador culpable por su rebelión el Juez celestial ya no le imputa por sus pecados, porque Cristo pagó su pena con muerte vicaria o sustituta.
El hecho de contar con alguien que pague por transgresiones, rebeliones y pecados de terceros sin exigir nada a cambio, es, en verdad, una maravillosa obra de amor, bondad y misericordia.
Jesucristo se puso como ofrenda viva ante el Dios Padre por el pecado de los hombres. Todos debíamos morir como consecuencia del acto de justicia por nuestra iniquidad, sin embargo la justicia de Dios se hizo sobre Cristo Jesús, por cuyo sacrificio de cruz los que creen en Él pueden ser justificados por su fe, para luego tener un espíritu regenerado a través del poder del Espíritu Santo.
Bienaventurado significa muy dichoso, en extremo feliz. El incrédulo no puede estimar la dimensión del perdón de Dios ni sus maravillosos beneficios, solo quien ha vivido la regeneración espiritual está en condiciones de entender ese gozo por el Señor y también comprender el sentido de la verdadera felicidad, la cual es completamente diferente de la felicidad buscada por el hombre en el mundo.
El corazón regenerado anhela con honestidad vivir en santidad y se arrepiente sinceramente de sus pecados (toda vez que peca). No busca darse el gusto pecando, porque no abusa de la disposición de Dios para perdonar pecados.
Bienaventurado el hombre cuyas transgresiones le fueron perdonadas, y como si fuera poco, Dios le promete, de forma adicional, bendiciones de todo tipo. No hay dicha mayor que saberse absuelto de todo pecado y contar con la certeza de una vida eterna en la compañía de Jesucristo.
Les insto a orar por ser reconciliados con Dios, bienaventurado quien tiene a Jesucristo como amigo. Tengan un día muy bendecido.