Él cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito.» Salmos 147:4-5 RVR1960
Queridos amigos, desde épocas antiguas al hombre le atrae la acción de contar para, por ejemplo, conseguir establecer la dimensión de sus riquezas o para conocer el potencial de su poder.
David realizó un censo sobre todos los hombres en edad de pelear, porque precisamente quería saber si estaba en condiciones de defenderse y de atacar. En este caso específico David se estaba alejando de la confianza que él debía tener en Dios y estaba pecando motivado por su orgullo poniendo su confianza en sus propias fuerzas.
Más allá de este caso bíblico que nos sirve de ejemplo para no dejar de confiar en Dios, el hombre moderno ama medir todo para realizar sus proyecciones a futuro.
Gasta muchos recursos para determinar el número de habitantes, el número de viviendas, de autos, de profesionales y así sucesivamente. Ese conocimiento le permite proyectar y planificar, y si Dios quiere, sus proyecciones y planes podrán hacerse realidad.
Por otra parte se encuentra Dios, y no me imagino al Creador en el proceso de contar una por una las estrellas, porque eso simplemente no es necesario para Él, el Todopoderoso lo sabe y conoce todo.
El salmista desea expresar con su ejemplo, para nosotros fuera de toda dimensión, que la dimensión de Dios es tan grande pero tan grande que puede contar las estrellas y que además sabe el nombre de cada una de ellas.
Si Dios conoce todos los nombres de las estrellas, ¿será posible que conozca todos los nombres de los humanos? La respuesta es un contundente «sí». Además de conocer sus nombres conoce sus corazones y sabe todas sus intenciones.
Este Señor nuestro es grande y maravilloso porque a pesar de su grandeza, se fija, en su bondad y misericordia, en seres viles como nosotros para regalarnos vida espiritual.
Cuán grande ha de ser su poder que es capaz de transformar lo malo en bueno, lo peor en perfecto, lo inmundo en puro.
Creo que es más impactante ver el cambio radical que Dios genera en un pecador, que ver separadas las aguas del Mar Rojo, porque un alma ha sido rescatada por el poder divino para la eternidad.
Porque el entendimiento de Dios es infinito, para nosotros sus pensamientos son inescrutables, es decir que nosotros no podemos comprenderlos. Es por eso que en ocasiones nos preguntamos por qué Dios hace algunas cosas y simplemente no encontramos respuesta.
Confiemos en el poder de Dios y en su infinita grandeza, sabiendo que Él lo sabe todo y siempre mejor que nosotros.
Les deseo un bello día caminando confiados en el Señor.