Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. 1 Juan 4:6 RVR1960
Queridos amigos, muchas congregaciones se llenan y crecen porque los que las lideran dicen lo que la gente desea oír.
El que tiene oídos para oír, oiga
El verdadero Evangelio ofende, sin embargo, en estas congregaciones se habla al mundo con palabras sutiles al gusto del cliente, para no ofender y ser aprobados. El mundo amara a los suyos y los suyos le amarán.
Si en las mismas congregaciones se denunciara el pecado de las personas y se pediría que obren en arrepentimiento, realizando un importante cambio de conducta y actitud, lo más probable es que se irían vaciando.
Se habla de Dios y se lo exalta y venera, sin embargo, existe una (sutil) contaminación espiritual que los aplicados simpatizantes de Cristo no pueden discernir. Es el famoso 0,0001% de barro que contamina el agua del vaso que les dan a beber.
A pesar de mencionada distorsión de la Palabra, Dios obra misericordia y gracia sobre sus escogidos, permitiendo que se conviertan a través de un Evangelio, para decir lo menos, mermado.
De ahí nace la necesidad de llegar a estos convertidos a Jesucristo que son parte del Cuerpo de Cristo y conforman la iglesia, porque se encuentran donde no deberían estar.
Son personas que en la Biblia son descritas como bebés que toman leche espiritual. Es menester de los hermanos que ya comen alimento sólido espiritual mostrarles en enseñanza el camino a seguir. Esto se da a través de una relación directa, que es la mejor forma, o a través de otros medios de comunicación, como es el Facebook.
Se trata de exhortaciones y reflexiones de diversa índole, en ocasiones es necesario compartir pensamientos muy duros a la vista de quienes se dan por aludidos.
Pablo fue muy claro con Timoteo al ordenarle la forma en que debía llevar adelante su ministerio: “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, REPRENDE, EXHORTA con toda paciencia y doctrina.” 2 Timoteo 4:2
El camino de enseñanza suele conllevar dificultades y dolor, porque en muchas de las ocasiones no se trata de que los nuevos creyentes se revelan contra la verdad, sino que, simplemente aún no la ven. Están todavía identificados con la cultura y las tradiciones, que evitan que sus ojos vean la plena revelación de la Persona de Jesucristo.
Es por eso que reaccionan con cierta desconfianza cuando oyen verdades bíblicas que no condicen con las enseñanzas de su pastor.
No tenemos que desalentarnos porque llegará el momento en que estos hijos de Dios oirán, porque ellos conocen al Padre. No es casual la advertencia que hace el apóstol Juan a los que enseñan la Palabra con fidelidad: ustedes no recibirán aplausos, menos ganarán popularidad en el mundo por difundir la verdad.
Los verdaderos creyentes finalmente vencen a Satanás, que es maestro del engaño y espíritu de error, a través de la obra del Espíritu de verdad en sus vidas.
Los que buscamos la unión de la Iglesia de Jesucristo, estemos felices por ser instrumento del Señor al conseguir que se libere un creyente del yugo congregacional que lo atrapa y detiene.
El que tiene oídos para oír, oiga.
Les deseo un día bendecido en Cristo Jesús.