Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.” Isaías 11:2 RVR1960
Queridos amigos, esta es una profecía de Isaías, que estaría dando inicio a la era mesiánica, pues menciona que saldrá una vara del tronco de Isaí, el padre del rey David, y un vástago retoñará de sus raíces, y sobre él reposará el Espíritu de Jehová (Isaías 11:1).
El Mesías vendría del tronco de Isaí, que es una manera de expresar que sería descendiente del rey David en la línea humana.
Durante la época del rey David y después durante el reinado del rey Salomón Israel disfrutó de su mayor gloria terrenal. Después pasaría por una serie de altibajos para nunca más recuperar el esplendor perdido. Es interesante observar que el árbol sería cortado, haciendo alusión a todo lo (malo) que pasaría, quedando solo el tronco, y que de la raíz nacería un retoño, el Mesías.
La casa de David estaba muy venida abajo en la época del nacimiento de Jesús. Ese vástago, Jesús, haría que el árbol crezca más grande y más fuerte que el árbol original, que además llevaría mucho más fruto. Dios había prometido que un descendiente de David gobernaría para siempre, el Mesías era el cumplimiento de dicha promesa.
Al no existir más el esplendor pasado, la señal no podía ser más clara, el reino de Cristo no es de este mundo. Pero para que tenga toda la plenitud de la Deidad hecha hombre, el Espíritu Santo reposaría y permanecería en Él, compartiendo sus maravillosos dones.
El Espíritu le brinda al Rey sus gracias para que pueda gobernar. Lucas 4:14 manifiesta: Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra alrededor. El carácter del Rey será moldeado con sabiduría e inteligencia para llevar adelante un buen gobierno; con consejo y fortaleza para estar preparado para las contiendas, incluso para la guerra, Jesús es el admirable consejero y el Dios fuerte; y con conocimiento y temor de Dios para conducir espiritualmente a su pueblo.
La sabiduría que otorga el Espíritu Santo no puede separarse de Dios, que además es fuente de todo entendimiento. Para vivir una vida terrenal de acuerdo a los principios divinos, es necesaria la sabiduría del Espíritu. Una vida de victoria sin Dios es imposible y por eso el temor de Dios es fuente de toda sabiduría. A Dios hay que tenerlo como punto de partida para lo que se emprenda y a Cristo Jesús en el centro de todo.
Para actuar de acuerdo a las expectativas del Señor la sabiduría es imprescindible, y la inteligencia aporta para saber cómo proceder ante diferentes circunstancias de la vida. El consejo es necesario para tomar decisiones que conduzcan a conseguir los objetivos de la mejor forma posible. En la ausencia de fortaleza hacen falta el valor y el poder de llevar adelante las cosas.
Sólo el conocimiento de la voluntad de Dios puede conseguir que se viva una vida acorde a sus preceptos, sustentada en una conciencia ética, que sólo puede venir de Dios. Sin el temor de Dios es imposible vivir para hacer Su voluntad, es imprescindible el convencimiento de que Dios es la máxima autoridad del universo a quien hay que dar cuenta de todo.
El Señor Jesucristo, el gran Rey, cuidará de su pueblo, el gran Pastor, cuidará de su rebaño y nada podrá separar a los verdaderos creyentes de Su amor
El Evangelio cambia radicalmente la naturaleza caída a una naturaleza santa. El necio abusivo se convierte en sabio y humilde. Cuán maravillosa bendición la de los convertidos de poder compartir los mismos dones del Espíritu con el Señor Jesucristo. Entonces seamos heraldos de Cristo y que nuestro trabajo y ejemplo cristianos sean un aporte al progreso de Su reino en esta tierra.
Les deseo Un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.