En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:2-3 RVR1960
Queridos amigos, uno de los objetivos centrales de las personas en esta vida es conseguir un lugar donde vivir.
Los esfuerzos laborales y económicos de muchos años se centran en conseguir una vivienda propia.
Suele ser el sueño de muchos porque representa seguridad y un lugar para celebrar los buenos y vivir los malos momentos de la vida. La casa propia se convierte en un lugar de referencia y también de acogida para los seres queridos.
Resulta que algo tan anhelado en la tierra por muchos, también existe en el cielo.
Jesucristo lo mencionó a su audiencia de discípulos, indicándoles que en la casa de su Padre hay suficiente espacio para todos.
Lo remarcable es que menciona la palabra morada, que se refiere a un lugar donde vivir.
La versión inglesa New King James Version usa el término mansión el cual es aún más alentador, al fin y al cabo ¿quién no ha soñado vivir en una mansión alguna vez?
Por otra parte la versión alemana Schlachter 1951 utiliza la palabra departamento o apartamento que se acerca más a la mayoría de las viviendas en términos modernos.
Indiferente si los escogidos viviremos en una casa, mansión o apartamento, tenemos morada preparada y reservada por Cristo Jesús en el cielo. Estas divinas palabras deben ser de máximo aliento y gozo para el creyente.
No termina ahí, el Señor dice iré al cielo a prepararles casa y luego volveré a buscarles para llevarles al mejor lugar que puedan imaginar, además nos brinda la posibilidad de vivir juntamente con Él, disfrutando de su maravillosa presencia. Qué acto de entrega y de servicio a sus siervos, al mejor estilo de Jesucristo.
El retorno de Jesucristo está ligado al rapto de la iglesia en el final de los tiempos. Los santos serán llevados con Él en el aire.
La promesa de Dios dice que todos los creyentes verdaderos serán llevados al cielo, los muertos primero y después los que estén vivos.
Después del rapto la iglesia celebrará la cena de las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:7-10) y recibirá su recompensa (1 Corintios 3:10-15).
Jesucristo promete que donde el está, ahí también estaremos los que somos miembros de su cuerpo.
Él es el autor de todo y como iniciador será también el consumador de aquello que comenzó.
Cristo Jesús es el Salvador y Redentor. Él murió en la cruz para que muchos fueran salvos. Jesucristo es el Camino, solo a través de Él es posible llegar al Padre y a las moradas celestiales que tiene preparadas para la gloria de sus santos. Les deseo un día muy bendecido.