Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Juan 6:64-66 RVR1960
Queridos amigos, creer en Cristo Jesús no es enfocarse en lo que Él puede dar y en cómo puede solucionar debilidades o problemas.
No es hacer de Dios una suerte de central de emergencias para atender todo tipo de demandas sin comprender en verdad Su divina voluntad.
Eso sería estar mal encaminado en una posible relación con Dios, porque creer que tener cerca a Dios es tener un ser superior que solucione todas las necesidades es algo equivocado.
Veamos que lo primero que Dios pide para dar curso a una relación con Él es el arrepentimiento genuino del pecado, no existe otra forma de acercarse a Él.
Quienes son confrontados con su pecado a través del Evangelio y oyen lo que no quieren oír, huyen porque no tienen el discernimiento para entender que muchas de las cosas que hacen son abominación a los ojos de Dios y que para seguir a Cristo de verdad, es necesario un cambio de vida y de actitud a través del arrepentimiento.
Para llegar a Cristo es necesario que el camino sea abierto por el Dios Padre, caso contrario nadie puede decir que está con Él. Estar con Cristo significa reconocerle a Él como Señor y reconocerse a uno mismo como su siervo.
Cuando a alguien le es dado del Padre venir a Cristo significa que el Dios Padre le ha bendecido con su gracia y que le ha regalado el don de fe, que le lleva a creer firmemente en Jesucristo y pone en su corazón un anhelo inexplicable por serle obediente y fiel.
Entonces creer en Jesucristo no solo había sido contar con un ser superior para recibir bendiciones de Él. Creer en Cristo es principalmente reconocer su señorío y desear con todo el corazón poder servirle en obediencia tal cual es la voluntad del Padre.
No es de extrañarse entonces que muchos que se decían sus discípulos y le seguían hayan vuelto atrás, lo mismo sucede en estos tiempos.
El verdadero discípulo de Cristo tiene toda la disposición de seguirle en obediencia, aunque no siempre lo logre sus esfuerzos estarán enfocados en ese objetivo.
Aquí vemos la diferencia entre simpatizantes y seguidores de Cristo, los simpatizantes ven lo que pueden aprovechar de Él, en tanto que sus seguidores buscan vivir para Él anhelando santidad, término que los simpatizantes no disciernen por lo que prefieren escapar cuando el nivel de demanda de Cristo se pone exigente. Les deseo un lindo día y que Dios les bendiga con su gracia.