Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. 1 Reyes 13:18
Queridos amigos, los falsos cristianos son muchísimo más comunes de lo que nos podemos imaginar.
Lo más doloroso es que estos cristianos en su mayoría son impostores de la fe sin saberlo, pues no tienen ojos para ver ni oídos para oír. Creen en un dios hecho a su medida, incluso cuando pertenecen a algún grupo donde se estudia la Biblia.
No se ve la evidencia de la fe genuina en sus vidas, son sabios en su propia opinión y demuestran ser necios y egoístas. Sin embargo, no escatiman palabras cuando se trata de describir el amor que dios tendría por ellos.
El creyente verdadero debe ver a estas personas con misericordia, tal cual Dios le vio y le ve a él. La diferencia entre el convertido y el pseudo creyente está en el corazón cambiado por la gracia de Dios, si bien el convertido puede tener señales de necedad y egoísmo, se arrepiente y busca a Dios con todo su corazón, cosa que el pseudo cristiano no hace.
Es duro para el verdadero creyente ver cómo el autodenominado creyente le quiere llevar por caminos equivocados. No busca seguir la Palabra porque no la entiende en su corazón y más bien quiere conseguir, que el creyente le siga en sus falsas interpretaciones.
Cuando el creyente no está todavía firme en la fe puede caer fácilmente en dicha trampa, y lo hace con frecuencia hasta que, por ejemplo, tiene la dicha de encontrar a un hermano en Cristo que le señala el verdadero camino a seguir.
Algo similar le pasó al buen profeta que fue engañado por el mal profeta en la época de Jeroboam. Los caminos de Dios son claros, Él jamás andará con ambigüedades, es por eso que la interpretación de su Palabra es una sola, aunque existan muchas formas de aplicarla a la vida de las personas. A pesar de ello, muchos no están exentos de ser engañados por pretensiosos seguidores de Dios.
Consideró que ese es uno de los mayores engaños diseñados por Satanás. El profeta malo le dijo claramente que un ángel de Jehová le había hablado de que los planes iniciales habían cambiado y que podía visitarlo y compartir la comida con él. Torcer la verdad es normal para muchos, especialmente cuando ésta les resulta incómoda.
El buen profeta pecó de inocente y crédulo, en este caso su transgresión fue dejarse convencer de una manera muy fácil para desobedecer una orden expresa que Dios le había dado: no compartir pan ni agua, ni volver por el mismo camino. Quizás su hambre y sed eran más fuertes que su firmeza y obediencia.
Las intenciones del profeta malo se equiparan a las intenciones de los pseudo cristianos que por motivos egoístas invitan al creyente a alejarse del camino correcto. Por ejemplo, tratándole de convencer que no sea tan exagerado con su rechazo por las cosas que no son de Dios, como ver películas inadecuadas, llevar adelante relaciones inadecuadas, frecuentar lugares inadecuados, so pretexto de que el cristiano no se puede aislar del mundo.
Supuestos cristianos con pretensiones de santidad que desvían peligrosamente de sus deberes a los hijos de Dios son instrumento del diablo. El castigo de Dios para el buen profeta no se dejó esperar, apenas salió de la presencia del mal profeta, fue muerto por un león. Su castigo fue inmediato y muy duro, tenga el Señor misericordia de nosotros pecadores.
Ningún acto de desobediencia voluntaria tiene excusa, especialmente si viene de un hombre de Dios. Cada uno de estos actos tendrá un juicio y castigo y el juicio venidero está cada vez más próximo.
Los que ahora siguen al mentiroso y le escuchan, estarán en graves problemas apenas regrese nuestro Señor. De gran tentador se convertirá en gran atormentador, ahora adula a sus víctimas, posteriormente las llevará a desesperación.
Estemos atentos a ser fieles a la Palabra de Dios, si nos dice no al divorcio, hagamos todo por no divorciarnos, si dice no al yugo desigual, hagamos todo por casarnos con un(a) cristiano(a) genuino, si dice que nos alejemos de los impíos, hagámoslo de manera metódica.
Vivamos atentos para no ser engañados, las Sagradas Escrituras nos enseñan que debemos velar atentamente porque no sabemos cuándo vendrá nuestro Señor ( Mateo 24:42).