Todas las sendas del SEÑOR son misericordia y verdad para aquellos que guardan su pacto y sus testimonios. Oh SEÑOR, por amor de tu nombre, perdona mi iniquidad, porque es grande. Salmos 25:10-11 LBLA
Queridos amigos, en algunos círculos se enseña que Dios nos ama mucho y que por eso nos perdona. En verdad no hay nada que amar en nosotros, visto desde la perspectiva espiritual de Dios.
Es por eso que el salmista clama al Todopoderoso y le pide que le perdone sus pecados por amor de Su Nombre, el nombre de Jehová y la obra salvífica de Cristo Jesús, esa es la única opción para poder ser perdonados de la iniquidad espiritual en la que vivimos (palabras duras para muchos, pero ciertas para todos, no lo digo yo, lo dice la Biblia).
Los caminos de Dios son misericordia y verdad para los que son obedientes a sus preceptos, qué concepto más hermoso.
Dios en sí mismo es misericordia y verdad, y los creyentes en su caminar deben emular al Creador, nuestro Señor Jesucristo, viviendo bajo la verdad divina y mirando con ojos de misericordia las actitudes y acciones del prójimo (que nos caen mal), anteponiendo la misericordia al juicio, a la crítica, a la burla, al menosprecio o al escarnio.
Si vivimos de esa manera es porque el Padre celestial ya perdonó nuestros pecados.
Que Dios sobreabunde las bendiciones espirituales para ustedes.