Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 2 Tesalonicenses 2:13
Queridos amigos, una vez más nos ponemos delante de un poderoso texto del gran apóstol Pablo, que no sería tan grande si no fuera por obra del Espíritu Santo en su vida.
Se está dirigiendo a la iglesia de Tesalónica, es decir a verdaderos creyentes, por eso les menciona como hermanos en Cristo Jesús.
Les hace recuerdo que el Señor los ama de una manera especial. Ser amados de Dios es una condición que los convertidos gozamos, porque hemos sido transformados espiritualmente de ser criaturas de Dios a ser Sus hijos.
Dios también ama a sus criaturas, sin embargo con un amor diferente.
Menciona de manera muy clara, que ya habían sido escogidos por Dios para salvación desde el principio.
Recordemos que Dios es soberano y dueño de todo y hace lo que a Él le place, siempre bajo parámetros de perfección y justicia.
La salvación es por fe, no por obras, y en la palabra dice que la fe es un don de Dios, es decir un regalo que Él nos da porque así le place y para que nadie se gloríe.
A través de la fe que recibimos del Espíritu Santo es que recién podemos creer de manera verdadera y profunda, que Jesucristo es nuestro Señor y salvador. Una vez que el escogido declara que Jesús es su Señor, el Espíritu Santo obra sobre él la santificación.
La sangre de Jesucristo lava el pecado y de esa manera Dios puede declarar justo al pecador. Hace borrón y cuenta nueva justificándole de su pecado.
Una vez el pecador es declarado justo, también es santificado por el Espíritu Santo e inicia una nueva vida en santidad.
Ser santo no significa dejar de pecar, el nuevo convertido no dejó su condición carnal humana, fue más bien despertado a una nueva vida espiritual. Ser santo significa que el convertido tiene un gran anhelo de vivir alejado del pecado para buscar complacer a Dios.
Que Dios les bendiga.