Yo mismo reuniré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las he echado, y las haré volver a sus pastos; y crecerán y se multiplicarán. Jeremías 23:3 LBLA
Queridos amigos, para algunos descubrir que tal o cual pastor es un falso maestro resulta un deporte interesante, aunque en verdad se trata de una importante tarea para evitar que muchos sean engañados.
Cuando a estos engañadores se los tiene claramente identificados, el siguiente paso es denunciar su mentiroso ministerio. Las redes sociales suelen ser un buen medio de denuncia por su nivel de alcance, porque se supone que la gente leerá y discernirá para actuar en consecuencia, pero, no, pues muchos se sienten agredidos porque se está atacando a sus reverenciados pastores y maestros.
Lamentablemente el develar las mentiras de un falso maestro tiene mínimos efectos terrenales. Se puede generar una larga lista oficial de los más y menos famosos, se la puede publicar y difundir ampliamente, y aún así estos falsos maestros seguirán teniendo miles de fieles seguidores. Varios de estos grandes y otros más pequeños deberían incluso terminar en la cárcel por delincuentes.
Esto es atribuible a que sus adeptos no conocen la Palabra, incluso cuando afirman ser cristianos, y sólo siguen al hombre, oyendo justo eso que quieren oír; estos falsos maestros son expertos en decir lo que la gente quiere oír.
Pero no solo son los maestros quienes engañan, la gente también se engaña a sí misma. Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza, la sana doctrina. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes por tener comezón por oír. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír, conforme a sus propias concupiscencias. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos (2 Timoteo 4:3).
Pero, en términos espirituales eso no quedará ahí, pues cuando Dios manifiesta un “ay” la situación se pone tremendamente peligrosa. ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan a las ovejas de mi rebaño! dice Jehová (Jeremías 3:1). Ay de aquellos que se ponen a apacentar ovejas sin tener el menor interés de hacerles el bien.
Existen ovejas del rebaño de Dios que no son bien cuidadas, incluso completamente descuidadas, pero ninguna de ellas se quedará sin el amoroso cuidado del gran Pastor. Incluso si se encuentran en manos de falsos maestros serán halladas y llevadas al lugar previsto por Dios. Las ovejas del rebaño de Cristo no son muchas, pues la Biblia recurrentemente habla de un remanente, es decir lo poco que queda de un grupo de personas, de una nación o de toda la tierra.
Los líderes debían guiar a Israel en el camino de Dios, pero hicieron lo contrario actuando como malos pastores, motivo por el cual el Creador dictó juicio severo contra ellos. Todo líder es responsable por el cuidado de quienes confían en él. Y eso es lo que la mayor parte de la gente piensa, pero sin discernir, si su líder es un creyente verdadero, que se dedica al buen cuidado del rebaño.
Finalmente, este pasaje tiene todo de oráculo mesiánico. Dios denuncia a los falsos maestros, pastores destructores, y promete recoger el remanente, hacerlo volver, y levantar un renuevo justo, que brotará de la dinastía caída de David; será un legítimo descendiente, que reinará como Rey, será el Mesías, que al igual que el Dios Padre actuará en justicia como justo juez.
Les deseo la bendición de gracia.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.