Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. Habacuc 3:17-19 RVR 1960
Queridos amigos, ¿nos hemos encontrado ante una situación de gran carencia alguna vez?
Debo confesar que no conozco tal situación y reconozco con humildad y gran agradecimiento que Dios no permitió que me faltase nada durante toda mi vida.
Soy consciente que muchas personas pasan por dificultades materiales y sé que entre ellas existen creyentes que profesan una fe como la de Habacuc.
El profeta Habacuc se encuentra ante una situación complicada, se viene una inminente invasión, no obstante, ello, confirma y afirma su fe, expresando una total confianza en Dios. Él sabe que puede estar tranquilo en el día de dificultad, no tiene de qué desesperar porque Jehová es su fortaleza.
No importa que todo lo normal y corriente caiga y sea destruido, él se gozará siempre en el Señor, su gozo no depende de lo material, sino de su dependencia y comunión con el Padre.
En otras palabras está expresando que no se amedrentará ante las dificultades porque cuenta con el Dios de su salvación.
Sabe que goza del favor de Dios, pone toda su esperanza en las promesas de Jehová. No se trata de bendiciones temporales, sino de bendiciones eternas del maravilloso Dios de la seguridad.
Se compara con el ciervo que escala sin resbalar los más empinados precipicios, su fe le lleva a estar seguro que no resbalará y que podrá seguir adelante libre de vértigo y de tropiezo.
Maravillosa certeza la del profeta, cuando Dios está contigo no te suelta de la mano jamás.
Si estás pasando por dificultades o estás teniendo carencias, ten la seguridad de que Dios no abandona a sus hijos.
Que Dios les bendiga con su bendita gracia.