Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre. Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella. Salmos 37:27-29
Queridos amigos, se trata de palabras inspiradoras de Dios.
Apártate del mal y haz el bien.
Esto lo puede entender y aprobar cualquiera, porque Dios, como parte de la gracia común, sembró en todos los seres humanos el sentido moral.
Es importante saber por qué Dios nos dice que nos apartemos del mal y hagamos el bien. Es porque Dios ama la rectitud, Él es la esencia de la rectitud y Él solo y únicamente hace el bien. Sus atributos, entre muchos, son ser un Dios recto y bueno.
El alcance de este pasaje va más allá porque habla de que Dios no desampara a sus santos.
Nuestra tendencia humana es por naturaleza hacia el pecado, por lo tanto nos es muy difícil apartarnos del mal, es decir del pecado, por lo tanto también tendremos dificultades en hacer solo el bien.
No digo que no existan personas que hacen mucho bien, sin embargo no dejan de hacer el mal.
Dios no desampara a sus santos, significa que el único que puede lograr que un humano se dirija a hacer el bien cada vez más, es Dios a través de Jesucristo, quien murió para que los pecadores puedan ser perdonados.
El hecho de ser perdonados conlleva una serie de bendiciones adicionales, como ser la regeneración en espíritu y el nacimiento a vida nueva, el ser convertido a hijos de Dios, el don de la fe y la santidad.
El ser santo no significa haber dejado de pecar, pero sí significa el estar en el proceso de pecar cada vez menos, por estar viviendo alejado del pecado. Este proceso de «mejora continua» solamente es posible por la obra de Dios en el pecador.
Otra de las bendiciones es que una vez convertidos a Jesús, seremos siempre convertidos. Esto lo podemos ver cuando la palabra promete que los santos serán guardados para siempre.
Profundizando en las escrituras encontraremos que después del juicio final habrá una nueva tierra donde Jesús será el rey, esa tierra será la que los santos o justos heredarán, es una promesa de Dios dejar herencia a sus hijos, además de la promesa de vida eterna.
Algunos se divierten diciendo que el cielo es aburrido, peor si hay que estar eternamente ahí (yo fui uno de ellos). Sí solo conocieran el gozo del creyente verdadero de tener a Dios en su vida, se darían cuenta de su necedad (como yo me di cuenta).
Amigos, le pido a Dios que tenga misericordia de nosotros y nos bendiga con su gracia, para que podamos heredar la tierra y vivir eternamente en ella.
Que tengan un bonito día.