«Acuérdate, oh SEÑOR, de tu compasión y de tus misericordias, que son eternas. No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones; acuérdate de mí conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh SEÑOR.» Salmos 25:6-7 LBLA
Queridos amigos, esta plegaria me impresiona.
El salmista es completamente consciente de sus pecados, por eso que clama por misericordias, no una sino varias, sabiendo que está perdonado para siempre, porque la misericordia de Dios es para perpetuidad.
Su corazón arrepentido le insta a suplicarle a Dios, que por favor no se acuerde de sus iniquidades pasadas, porque si así fuera tendría que irse derecho al lago de fuego y azufre, es decir el bien merecido infierno.
Le pide que se acuerde de él mirándole con ojos de piedad, apelando a su divina bondad.
Que las misericordias del Señor toquen nuestros corazones para poder arrepentirnos en verdad y pedirle perdón por nuestras transgresiones.