Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Mateo 15:10-11 RVR1960
Queridos amigos, los legalismos religiosos suelen ser elementos que acercan/alejan a las personas a/de las diferentes religiones y sectas.
Veamos algunos ejemplos de legalismo religioso: los testigos de Jehová no comen sangre bajo ninguna circunstancia tampoco se hacen transfusiones, los mormones no toman café ni alcohol, los adventistas guardan el sábado a como dé lugar, los judíos no comen cerdo y no comen carne si no es kosher, los católicos no comen carne en viernes Santo y así sucesivamente una retahíla de condiciones que hay que cumplir si se quiere pertenecer de verdad a estas sectas o religiones.
Se trata de tradiciones que según sus practicantes tienen un sustento bíblico para cumplirlas y que además son actos de obediencia a Dios, que creo que dan además un toque de misticismo y espiritualidad a sus adeptos, que son merecedores de todo mi respeto.
Evidentemente en el Antiguo Testamento existen exigencias para guardar el día del Señor y para no comer ciertos alimentos. Sin embargo, no está establecido que el día del Señor es el sábado o el domingo. El creyente debe dedicarle al Señor un día de su semana y puede ser de lunes a domingo.
Por otra parte, está el tema de guardarse de ciertos alimentos. Jesús nos está diciendo que no hay problema con lo que se coma porque nada de lo que entra en la boca y posteriormente en el estómago nos contamina espiritualmente, lo que contamina en espíritu es lo que sale de nuestra boca, como ser palabras de ofensa, de pelea, de mentira, de engaño, de imposición inadecuada, etc.
A partir de que el Espíritu Santo mora en el cuerpo de un creyente, ese cuerpo se convierte en el templo del Espíritu. De ahí que es imprescindible cuidar el cuerpo como lo que es, un verdadero templo.
Hay personas que son sensibles al café, entonces mejor si lo evitan, aunque les encante. Existen otros que les hace mal comer carne, entonces deben limitarse en el consumo. Por otra parte, se debe evitar todo lo que está demostrado como nocivo para el cuerpo, a saber, el tabaco, las drogas, el alcohol en exceso, los medicamentos usados inapropiadamente, etc.
Consideró que para el creyente es bastante más fácil guardarse de todo lo nocivo, como comer y beber lo que no es bueno o en exceso, porque el Espíritu Santo mora en él y le guía.
El creyente debe guardarse de comer o beber algo específico si su prójimo dice que no está bien, no debe esforzarse en convencerle de lo contrario o decirle lo rico que es. Si sabe que su prójimo tiene problemas con el alcohol no debe ni mencionar el término para no convertirse en piedra de tropiezo.
En especial el alcohol es un tema muy delicado y controversial, porque de las drogas es el elemento que si se consume con tino y cautela no tiene que verse como algo prohibido por Dios, el punto es llegar a saber cuál es el sano límite.
En lo personal prefiero evitar el consumo de alcohol y caso dado llevarlo a momentos especiales donde se tome a lo sumo media copa de una bebida de relativo bajo contenido alcohólico para brindar. Incluso prefiero evitar el alcohol cuando se celebra la cena del Señor. Todo esto, una vez más, para no ser piedra de tropiezo para el prójimo.
Oigamos y entendamos que debemos cuidar nuestras palabras.
Les deseo un día bendecido.