Y ésta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14-15 RVR1960
Queridos amigos, cuando se es creyente verdadero se observan las cosas con una visión crítica diferente y se anhela conocer la voluntad de Dios para hacerla.
En una película de los años ochenta, una muchacha de colegio queda embarazada y decide informar a su familia. Más allá de la triste situación generada por el pecado, primero fornicación y luego la posición de la madre a favor del aborto, están la oración de la chica pidiéndole a Dios no quedar embarazada y un comentario que la madre le hace mientras la lleva al médico para el procedimiento: “agradece a Dios que tienes una madre que se ocupa”.
El mundo piensa que ante una situación difícil o desesperada se puede recurrir a Dios para pedirle cualquier cosa. Lo han convertido en una suerte de llanta de repuesto, que es bueno saber que está ahí, pero mejor si no se la necesita. El Padre celestial por ser todopoderoso es un Dios de los imposibles, sin embargo, por ser santo y soberano solo hará lo que esté de acuerdo a su perfecta voluntad.
La oración es usada por muchos como un arma para obligar a Dios a actuar acorde a sus promesas. Lo menos que se puede decir de estas personas es que son inmaduras en la fe, pues no dudan en manipular a Dios para conseguir sus objetivos de manera rápida y satisfactoria. Cuando no les surte efecto, terminan enojándose con Él.
No es posible forzar la voluntad de Dios, por más tiempo y energía que se dediquen a la oración. Observamos que el foco no está en que Dios haga nuestra voluntad sino en que se haga la Suya. Recordemos cómo enseñó el Señor Jesucristo a orar, pidiendo que se haga la voluntad del Padre tanto en el cielo como en la tierra y cómo oró, pidiendo que la copa de amargura que debía beber pasara de Él, pero al final expresó que se debía hacer la voluntad del Padre.
La Biblia nos enseña en detalle sobre la voluntad de Dios, es una clara guía para hacer y dejar de hacer lo que Dios quiere y no quiere. Hay mucha gente que sabe lo que dice la Palabra escrita, sin embargo, no tiene mucho interés por cumplir y esto se debe a su condición espiritual de no ser nacido de nuevo.
Solo los nacidos de nuevo anhelan hacer la plena voluntad de Dios, de forma tal, que buscan alinear sus pensamientos, acciones y oraciones con Su voluntad. Su objetivo de vida es esforzarse cada día por hacer la voluntad de su Señor, y sus oraciones son para agradecer, pedir perdón por no haber conseguido ser obedientes del todo y para que Dios obre sobre ellos a fin de que puedan lograr ser victoriosos haciendo Su voluntad.
Si oramos y pedimos según la voluntad de Dios, y descansamos en fe sobre la seguridad de que Él oye nuestras peticiones, tendremos paciencia para esperar los resultados, sabiendo que si se dan es bueno y si no ocurren o llegan de manera diferente, también es bueno.
El nacido de nuevo genuino permanece en Cristo, anhela morir a sí mismo para que Cristo viva en él, busca que las palabras de Jesús permanezcan en su mente y corazón. Se esfuerza por vivir una vida de justicia y de constante lectura de las Escrituras y oración. Sabrá no pedir nada que no esté acorde a la naturaleza y carácter divinos de Jesucristo.
En la vida cotidiana del creyente existen situaciones que tienen que ver con las propias decisiones y podemos estar enfrentados, por ejemplo, con una decisión de si emprender una obra para niños o para ancianos. Solo sabremos qué hacer cuando sepamos cual es la voluntad de Dios para nosotros. Debemos dirigirnos en oración a Dios primero para pedirle nos de a conocer lo que Él quiere para nosotros, para luego actuar bajo la certeza de que contamos con su bendición.
En la película al final la chica decide no abortar, a pesar de la presión de la madre, y después de varias peripecias termina casándose. No es una historia de creyentes, sin embargo, Dios muestra su bondad a través de su gracia común poniendo sentido moral en la gente. ¿Qué sería de este mundo si así no fuera?
Les deseo un día muy bendecido.