Examinadlo todo; retened lo bueno. 1 Tesalonicenses 5:21 RVR1960
Queridos amigos, el término escudriñar es muy usado para pedir a los creyentes que examinen con mucha atención el contenido de la Biblia, para averiguar y llegar a conocer hasta sus detalles menos manifiestos.
Hace poco tiempo me sugirieron ver un programa sobre el amor. Para ubicarme en el contexto me informaron que una famosa y un experto sostenían una amena charla, mientras profundizaban sobre el tema. Como creyente, de entrada, me nació el escepticismo de que solo podría ser bueno para el mundo, pues al tratarse de una famosa y no creyente, estaría poco alineada con la Verdad.
Como no tuve alternativa de oponerme a ver el programa para no ser piedra de tropiezo, agucé mis sentidos para examinarlo todo. Dicho y hecho, me encontré ante el evolucionismo y las explicaciones científicas y psicológicas, que suelen agradar al pensamiento mundano.
Se definió al amor como algo alejado del enamoramiento, porque no es lo mismo, lo cual es correcto. Sin embargo, no se habló ni una sola vez de lo escrito en 1 Corintios 13, aunque en algún sentido se acercaron a la sabiduría de Dios, es inevitable si no se quiere tener un discurso del todo necio, aunque muy probablemente no tienen ni idea del contenido de la Palabra escrita.
Cuando el apóstol Pablo a través de la inspiración del Espíritu Santo nos insta a examinarlo todo, nos manifiesta que seamos cuidadosos de no creer en todo lo que se nos dice. En el caso de mi anécdota, las otras personas que siguieron el programa estaban convencidas de que lo expuesto era completamente cierto y de que se trataba de una gran verdad, que además les ayudaría.
Cuando los ojos y oídos espirituales están cerrados, al creyente se le hace cuesta arriba que le entiendan, aunque esté con la Biblia en la mano. Opté por esgrimir que soy creacionista, y que para explicar el amor la ciencia y la psicología deberían basarse en la verdad de Dios. Recibí por respuesta un par de miradas sorprendidas.
Solo un poquititito de barro contamina el agua pura contenida en un vaso, y ya no puede ser bebida. En ese sentido no pude retener lo bueno de dicho programa. Si hubiera hecho este comentario en voz alta, es muy probable que me hubiesen tildado de extremista.
Es cómodo creerle al sacerdote, cura o pastor, especialmente cuando irradia aires de confianza. Sin embargo, el esfuerzo de examinarlo todo a la luz de las Escrituras ejerciendo juicio privado es de máxima utilidad y bendición. Tenemos un bonito ejemplo en los creyentes de Berea, que recibían la Palabra con toda solicitud, pero escudriñaban cada día las Escrituras para verificar que lo que oían era cierto (Hechos 17:11).
El apóstol nos manda a retener lo bueno, lo cual puede también expresarse como: aléjense de lo malo. En Romanos 12:19 nos dice: Aborrezcan lo malo, sigan lo bueno. Cuando Jesús sanaba en el día de reposo hacía el bien aunque para los fariseos se rompía una regla religiosa. Si hubieran escudriñado las Escrituras se habrían dado cuenta que Jesús obraba siempre bien, y habrían retenido lo bueno.
El creyente debe abstenerse de pecar, alejándose lo más posible de las ocasiones de pecado, examinándolo todo. Evitar las tentaciones y todo lo que tiene apariencia de pecado es una tarea constante para los hijos de Dios, de otra manera podrían terminar pecando.
Les deseo un día muy bendecido.