Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación. Santiago 5:12 RVR1960
Queridos amigos, es parte de nuestra cultura latina llegar tarde, hacer planes donde todos con entusiasmo se involucran y llegado el momento nadie se aparece, hablar lo que no sentimos para mantener las apariencias, o mentir para que el otro «no se sienta mal».
Lo más divertido es que el que se resiste a seguir la cultura puede ser visto hasta como un necio inflexible.
¿Cuántas veces hemos dicho te juro por esto o por lo otro?
La Biblia es contraria a la cultura porque no aprueba este tipo de actitudes y comportamientos que son aceptados socialmente.
Nos exhorta a que nunca levantemos juramento por nada ni por nadie.
Debemos ser tan íntegros y confiables que no debería ser necesario jurar por nada para que nuestro interlocutor nos crea con total confianza.
Por la misma cultura que nos domina siempre existe un toque de duda y generamos que se ponga a prueba el famoso «ver para creer».
Cuando el creyente dice sí, debe ser definitivo, lo mismo su no debe ser contundente.
Los sí y los no deben ir de la mano de un discernimiento de la palabra, porque cuando nuestras decisiones tienen su fundamento en el pensamiento de Dios, es imposible que nos podamos equivocar.
Seamos de una sola palabra y no sigamos a la cultura y al mundo para no caer en condenación.
Que Dios les bendiga en este hermoso día.