Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño. Salmos 127:1-2 RVR1960
Queridos amigos, que terrible debe ser estar en manos de alguien que no te quiere y que domina todos tus actos.
El mundo está en manos de Satanás, él es el príncipe de este mundo (Juan 12:31), también llamado dios de este siglo (2 Corintios 4:4), tengamos por seguro que él desea nuestra destrucción y ejerce una muy poderosa influencia sobre nuestras vidas, en la medida en que vivamos alejados de Dios.
Satanás tiene un interés en extremo enorme de separarnos de Dios y es por eso que se ocupa de que creamos que somos muy capaces y poderosos. Que gracias a nuestra inteligencia y esfuerzo podemos construir grandes empresas, desarrollar proyectos muy exitosos, generar la multiplicación de los patrimonios, etc.
Todo esto nos parece, a los humanos, grandioso, sin embargo para la dimensión de Dios no son más que migajas. Estoy seguro que Él nos mira y piensa cuán limitados somos y cómo nos vanagloriamos de nuestros logros.
Todo lo realizado por el hombre está destinado a perecer, ningún imperio y todas sus riquezas se han mantenido. Nuestra cultura podrá ser estudiada por los arqueólogos, si Dios permite que pasen, digamos, otros dos mil años antes de la segunda venida de Jesucristo.
Lo único que no perece es lo que viene de Dios. Se podría decir que los que se desesperan por lo material y trabajan muy duro por ello, lo hacen en vano. Todo lo que se hace solo para el hombre tendrá resultados limitados, sin embargo, todo lo que se hace por Dios tendrá frutos eternos.
Es mejor estar en manos de alguien que te ama y cuyos actos son todos perfectos enmarcados en el bien verdadero y la verdad eterna.
Que todo lo que hagamos esté bajo los preceptos de la Palabra de Dios, que es nuestra mayor guía, dejémonos guiar por Dios.
En definitiva todo está bajo el control soberano de Dios, no obstante ello Dios quiere que nos esforcemos por hacer las cosas que son de Él. No pensemos que Dios obra mientras dormimos, sería un grave error. Pensemos más bien en poner toda nuestra confianza en Él, haciendo las cosas en obediencia, entonces podremos descansar en Él y también obtendremos un bendecido descanso físico.
Que Dios les bendiga y les guarde.