Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.” Tito 3:10-11
Queridos amigos, las maquinaciones del diablo para dividir en las que lamentablemente muchos son usados sin apercibirse, deben ser tomadas en cuenta con toda la seriedad del caso.
Los DIVISIONISTAS están DENTRO de las congregaciones.
Una manera fácil de frenar la obra de Dios, es generando división en la Iglesia, la cual es obra del diablo, quien tiene como sus instrumentos a personas que no son explícitamente del mundo.
La ocupación de Satanás es opuesta a la labor de unidad del Espíritu en la Iglesia. Su astucia es grande, aprovechándose de la unidad aparente en las congregaciones, la cual suele estar sustentada mayormente en lo terrenal, el diablo suele conseguir su objetivo a través de quienes se prestan, sea consciente o inconscientemente, a hacer lo contrario al objetivo del Espíritu Santo: la debilitación y consiguiente destrucción del Cuerpo de Cristo.
Son aquellos que se auto denominan cristianos, pero que no viven lo que dicen ser porque sus frutos no se ven, quienes ejercen el divisionismo. Estas personas están mencionas en Judas 1:4 y se infiltran para hacer el daño, que Satanás les envía a hacer voluntaria o involuntariamente.
Al diablo le queda poco tiempo y él lo sabe. Es en estos tiempos, más que nunca, que la Iglesia de Jesucristo debe despabilarse, y ser más sabia y dirigirse con mayor prudencia. Las palabras de Jesús deben ser muy bien recordadas en este contexto: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” Mateo 10: 16
Los divisionistas son expertos en diseminar celos y envidias. Gustan de las contiendas, que son peleas, discusiones, desavenencias, y buscan las disensiones, que generan oposición entre unos y otros, además de riñas. Es la obra de Satanás en pleno, todo esto no es hecho de golpe ni de manera visible, se va realizando en el tiempo y con sutileza para ir minando poco a poco la unidad del Cuerpo de Cristo.
Los SECTARISTAS están ENTRE las congregaciones.
Otro instrumento efectivo de Satanás es el sectarismo, es vital que los hermanos en Cristo no caigamos en esta terrible maquinación.
El diablo consigue generar discusiones doctrinales sin sentido entre arminianos y calvinistas, coloca a amilenialistas contra dispensacionalistas, a quienes dicen no al diezmo contra los que lo promueven, así mismo implica a todos quienes dicen ser solo cristianos o cristianos bíblicos, que no son nada de lo otro ni lo quieren ser. De la misma manera existen otras varias situaciones/condiciones, que yo llamaría académico-teológicas, motivo de desunión entre creyentes, que Satanás aprovecha exitosamente.
Aunque algunos no lo crean, Jesucristo tiene a Sus ovejas en todos estos grupos que están divididos por sus diferencias teológicas. Eso significa que hay convertidos genuinos entre arminianos, calvinistas y así sucesivamente. Por lo tanto no se puede pensar que un grupo tiene la verdad definitiva.
Dios nos ha hecho diversos y cada uno de nosotros tiene libertad para pensar, dentro de esa libertad podemos ser esclavos del pecado o siervos de Jesucristo. Si somos siervos hemos sido cambiados, incluida nuestra forma de pensar, porque recibimos una nueva naturaleza.
Con el pasar del tiempo se han ido dando puntos de vista doctrinales que difieren bastante entre sí, eso es lo que puede y suele llevar al sectarismo, haciendo pensar a un grupo de convertidos que están en lo correcto y que el otro está viviendo en el error.
Satanás toma provecho de esta debilidad de los santos que asumen esta actitud y los lleva a menospreciar y juzgar a los hermanos que piensan diferente.
La espiritualidad cristiana es un desarrollo constante y en la medida en que el creyente va creciendo, se desarrolla en humildad, en discernimiento y en conocimiento de las Escrituras como resultado de la obra de Jesucristo y del Espíritu Santo en su vida. Llega a entender que en todos los diferentes grupos existen hermanos en Cristo, así como doctrinas verdaderas y también algunas falsas.
Dios conoce a los suyos y se dice que entre creyentes se reconocen, hagamos efectivo este dicho y no nos separemos de quienes difieren en algunos puntos teológico-doctrinales. No es determinante coincidir en todas las posturas doctrinales para compartir en comunión con los verdaderos hermanos en Cristo.
De Dios es la unidad del Espíritu en la Iglesia, la cual es preciso guardar con solicitud, entonces significa que cuidar, proteger y trabajar para conseguir el objetivo de unidad del Cuerpo de Cristo son necesidades y obligaciones primordiales de todo creyente, “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;” Efesios 4:3
Este es un llamado a la unión de la verdadera Iglesia de Cristo.
