También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, Lucas 18:1 RVR1960
Queridos amigos, el desaliento suele imponerse cuando en la propia percepción no se recibe respuesta de Dios, pero es en ese punto cuando más se debe orar, pues la oración proporciona todo el aliento necesario.
Jesús les contó a sus discípulos la parábola de la viuda indefensa y del juez indolente y corrupto. Las viudas y los huérfanos solían (y suelen) ser los más vulnerables de la sociedad, en la Biblia dice que a esta gente hay que tratarla con el debido cuidado. Al ser el juez un impío, no tomaba en cuenta los preceptos del Antiguo Testamento y sólo pensaba en su propio interés.
Además de pecar consiguiendo dinero ilícito, era flojo. Buscaba su tranquilidad, evitando cualquier situación que pudiese quitarle su valorada supuesta paz. Ante la insistencia de la viuda, por lo visto la insistencia es un arma tan eficaz como el soborno, temió perder su anhelada paz y la paciencia y decidió dar curso al pedido de la “molestosa” mujer.
Es curioso oír de labios de un impío lo que dijo el juez injusto: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará en responder?” Estas son palabras que deberían salir de la boca de los creyentes bendecidos con fe, pero los impíos también son usados por Dios para propagar enseñanzas.
Esta parábola se sustenta en el contraste y no en la comparación, pues Dios es un juez justo. Jesús manifiesta que si un juez injusto y corrupto le puede hacer justicia a una persona por cansancio, cuánto más el justo Dios y Padre celestial les dará a sus amados hijos, que piden en oración?
Tengamos por seguro, que el Dios Padre desea dar a sus hijos todo lo mejor, aunque muchas veces los hijos se descontenten, porque no son capaces de discernir qué es lo mejor para ellos. Por otra parte los hijos de Dios no deben suponer que obtendrán todo lo que pidan, especialmente cuando piden mal.
¿Acaso en la vida terrenal los padres dan a sus hijos todo lo que les piden? Un buen padre muchas veces debe negarse a darle a su hijo lo que le pide, porque sabe que no es el momento o, peor, que le hará más daño que bien. El Padre celestial en su infinita sabiduría sabe qué es mejor y cuál es el tiempo adecuado para dar curso a las peticiones de sus hijos.
Nadie sabe lo que le depara el futuro, pero Dios sí lo sabe, por lo tanto, sólo Él sabe las consecuencias de recibir una u otra cosa. Entonces es menester del cristiano no cansarse nunca de orar.
No hay que confundir la oración continua con una letanía de repeticiones sin fin, como rezar el rosario o como estar en reuniones de oración largas y cansadoras. Lo importante es la perseverancia en la oración, sin importar si ésta es corta o menos corta.
El Padre celestial siempre escucha con paciencia, pero es necesario detenerse a pensar cuántas veces nos hacemos merecedores de un “no molestes” por parte de Dios, porque estamos pidiendo cosas con ausencia de discernimiento o por mero capricho.
Hemos de tener a Dios en el corazón en todo momento y lugar, y para cada cosa que hagamos, pues bajo dicha condición estamos viviendo por fe, entonces no debemos rendirnos ante el sufrimiento y las circunstancias. Dios no es como el humano al que le falla la memoria o es negligente. Él demorará su respuesta si lo considera necesario y hemos de estar convencidos de que siempre lo hace por buenas razones, incluso dará algo diferente de lo que se le pide.
La oración persistente no sólo ayuda a ser escuchados (en algún momento) por Dios, hace que el creyente forje un mejor carácter cristiano, le ayuda a crecer en la fe y le fortalece la esperanza del cumplimiento de las promesas de Dios.
Pidamos, pero con la certeza de que sólo se hará la voluntad de Dios. Entonces pidamos según su Su voluntad y oremos en especial por misericordia y bendiciones espirituales. Que nuestra fe se vea más y más reforzada por la oración persistente.
Les deseo un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.