Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, Hebreos 6:1 RVR1960
Queridos amigos, conozco muchas personas que durante años vienen calentando el banco de su congregación, demostrando un grado de entusiasmo por las prédicas de su pastor.
A pesar de dedicarle tiempo domingo tras domingo a escuchar la Palabra, poco o nada retienen. Esto sumado a su desinterés por la lectura de las Escrituras, haría que la exhortación del versículo les caiga como anillo al dedo.
Se podría dudar de la calidad de enseñanza del pastor, y es lo que en estos tiempos se suele tomar como primera opción. Un buen maestro debe dedicarse con mayor empeño y paciencia a aquellos alumnos que son de más lento aprendizaje.
Sin embargo, de nada sirve el esfuerzo del profesor si el alumno no quiere poner de su parte. En este caso una buena llamada de atención puede tener su efecto positivo. El problema se suscita cuando el maestro no es visto con la autoridad suficiente como para hacerse escuchar o simplemente no se le toma en serio en sus atribuciones.
Un observador externo podría con razón manifestar que se necesitan muchos años para enseñar o aprender la fe cristiana. Lo cual no es absolutamente cierto, pues la fe cristiana no se aprende, se recibe como un don, es decir un regalo de Dios.
Entonces la calidad en la transmisión del Evangelio no juega un papel decisivo, aunque sin duda consigue una mayor atención de la audiencia. El evangelista es solo un instrumento de Dios porque la fe llega por el oír Su Palabra, sin embargo, su efecto no es el mismo en todos.
Recordemos la parábola del sembrador (Lucas 8:4-8) donde las semillas (la Palabra) que va distribuyendo el sembrador van aterrizando en lugares diferentes y solo una parte termina cayendo en buena tierra terminando en germinación y crecimiento de excelente fruto.
Por lo tanto, no es de sorprenderse que tantas personas, cuyos corazones son representados, en la parábola mencionada, a través de lugares tales como el camino, entre piedras y entre espinos, no den ningún fruto o den un fruto de carácter perecedero.
El autor del libro de Hebreos, se está dirigiendo a creyentes genuinos y no a impíos, no habla de personas que vuelven a caer a la vida pasada, sino de convertidos débiles como niños que continúan alimentándose de leche en vez de estar comiendo alimento sólido.
Los que se autodenominan cristianos y no producen fruto porque sus corazones son tierra estéril, se auto engañan y confunden a su entorno. Son éstos los que no desarrollan y demuestran ser personas que se alejan de la fe, supuestamente volviendo a su vida anterior, porque nunca se alejaron de ella.
No se trata de desalentar ni amedrentar a nadie, lo cual sería en sumo poco misericordioso, se debe tener máximo cuidado de no herir o asustar al débil y de más bien ayudar al caído. Dios tenga misericordia de todos nosotros.
La firme exhortación del versículo está orientada al crecimiento espiritual de los nacidos de nuevo, que se están quedando rezagados en su desarrollo.
Les pide dejar de repasar una y otra vez las enseñanzas básicas acerca de Jesucristo. Sus palabras son para orientarlos en la dirección correcta, indicándoles que es preciso seguir adelante sin desviarse hasta conseguir la madurez de su entendimiento espiritual.
Es contundente al decirles que no es admisible que tengan que comenzar cada vez de nuevo con los rudimentos acerca del arrepentimiento que cada uno debe tener de sus malas acciones (pecados) y de qué significa tener fe en Dios. En definitiva se hace imprescindible la profundización del conocimiento de la fe para conseguir el crecimiento espiritual anhelado.
Las actividades de la congregación son sin duda buenas, así como otras tareas piadosas, pero en muchos casos son acciones que consumen demasiada atención distrayendo, y no aportan nada o casi nada al crecimiento espiritual. Es preciso enfocarse en los buenos negocios, los cuáles deben estar exclusivamente concentrados en una vida Cristo céntrica acompañada del estudio de las Sagradas Escrituras.
Les deseo un bello día caminando de la mano de Jesús.