Los ídolos de las naciones son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, y no hablan; Tienen ojos, y no ven; Tienen orejas, y no oyen; Tampoco hay aliento en sus bocas. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. Salmos 135:15-18 RVR1960
Queridos amigos, recuerdo que en los años setenta me llamaba la atención el comité de censura de la honorable alcaldía municipal de mi ciudad natal, Cochabamba.
Estas personas, me imagino honorables, tenían la tarea de ver todas las películas antes de su estreno y determinar si eran para todo público, para mayores de 18 años o súper prohibidas para mayores de 21 años y si se les hacía algún corte.
La censura relacionada a la moral tenía fuerza y habían muchas cosas malas que eran tabú para la sociedad de esa época.
Las cosas en estos días han cambiado radicalmente y lo que era sumamente censurado ahora es visto hasta en horarios infantiles en la TV.
Llama altamente la atención que el hombre natural se haya esforzado por salvaguardar los cánones de la moral humana, más que los preceptos perfectos de Dios.
En contadas ocasiones de la historia se detecta una censura a la idolatría y se promueve la adoración al Dios verdadero.
El motivo es que el hombre natural rechaza al Creador porque es esclavo del pecado, y esa esclavitud le lleva a no ver lo excelente de la Palabra de Dios.
Algunos dirán que exagero, pero no podrán objetar que la gente que los rodea o ellos mismos no tienen en el corazón el llamado a ser obedientes a todos los preceptos de Dios. Aceptan lo que les parecen lógico, pero cuando se trata de ser obedientes en campos sensibles, generan rechazo.
Los que no tienen a Jehová en su corazón son semejantes a los ídolos u a otros dioses en los cuales confían, tienen boca pero no hablan la verdad, porque la única verdad es del Dios de la Biblia; tienen ojos y orejas pero son ciegos y sordos espirituales, porque solo el Dios verdadero tiene el poder de otorgar oídos y ojos para asimilar, discernir, anhelar aplicar y obedecer su Santa Palabra.
Que Dios nos bendiga con su gracia infinita. Tengan un bonito día.