Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre. Oseas 12:6 RVR1960
Queridos amigos, conozco muchas personas que aseveran conocer a Dios y que además aseguran que confían plenamente en Él.
Lo que desconozco es sus corazones y si verdaderamente guardan misericordia y juicio en ellos.
De lo que no estoy tan seguro es de cuánto conoce cada uno su propio corazón, especialmente cuando no ha nacido de nuevo.
Jehová es el Dios de todos, aunque muchos lo nieguen y no lo reconozcan como tal. Dios es el Padre de la creación, por tanto, todos somos criaturas suyas y como tales tarde o temprano todos sin excepción alguna doblaremos rodillas reconociendo que Jesucristo es Dios, Señor de señores y Rey de reyes.
Si bien Oseas le está hablando a Judá, bien se puede extrapolar esta exhortación a cualquier criatura viviente de estos tiempos. Por eso que les invito a volverse a su Dios, el único y verdadero, el YO SOY, el autoexistente y perfecto ser omnipotente, omnisciente y omnipresente.
Para confiar verdaderamente en Dios es preciso conocerle, es decir, haber iniciado una relación con Él. La Palabra nos enseña que el hombre natural está en una mala relación con Dios y que es necesario que esté en paz con el Creador. Cuando el hombre está enemistado con Dios sus esfuerzos ante Él no solo son vanos, sino también sus posibilidades son nulas.
Nos podemos reconciliar con Dios a través de la obra de Jesucristo en la cruz del calvario, para volvernos a Dios debemos tener a Cristo Jesús como nuestro Señor y salvador, creyendo en su muerte y resurrección.
Dios ve el pecado del hombre y tengamos por seguro que llamará a cuentas, por lo que volverse a Él es en realidad la mejor idea posible que podamos tener.
Misericordia y juicio, fundamentos del carácter de Dios, hacen una combinación muy interesante, porque representan un equilibrio de la forma en que debemos proceder como creyentes que se han vuelto a Dios.
El problema radica en mantener el balance, ¿hasta dónde debe llegar la misericordia y a partir de qué punto se inicia el juicio?
Por una parte existen personas tan misericordiosas, que dejan pasar las malas acciones que deberían ser juzgadas y por otra parte hay personas tan rectas que no toman en cuenta la misericordia.
El cristiano debe ser misericordioso y también debe discernir en justicia. El ser misericordioso no implica permisividad, se pueden seguir y respetar las altas normas de Dios y ser misericordioso con el prójimo.
Cuán grande es el gozo de poder ver que los que están apartados de Dios, quieran volverse a Él. Volvámonos a Dios con humildad y arrepentimiento, pidámosle que nos bendiga con fe verdadera. Él es el único Dios, mi Dios, nuestro Dios.
Les deseo un día muy bendecido.