¡Yo aborrezco sus fiestas religiosas! ¡No soporto sus cultos de adoración! Ustedes se acercan a mí trayendo toda clase de ofrendas, pero yo no quiero ni mirarlas. ¡Vayan a cantar a otra parte! ¡No quiero oír esa música de arpa! Mejor traten con justicia a los demás y sean justos como yo lo soy. ¡Que abunden sus buenas acciones como abundan las aguas de un río caudaloso! Amós 5:21-24
Queridos amigos, en mi país Bolivia se llevan cabo un sinfín de fiestas religiosas, la mayoría en honor de diferentes señores y vírgenes. Muchas de ellas están vinculadas a danzas folclóricas y tristemente al desenfreno del alcohol y sus ulteriores consecuencias. Tienen pretensión de piedad pero están lejos de tenerla.
Suelen ser una mezcla sincrética de creencias y tradiciones con un alto nivel antropocentrista a pesar de su tinte religioso. Es bastante probable que pocos de quienes participan activamente de estos espectáculos sepan que Dios aborrece (una palabra muy fuerte) la falsa adoración. Pecar conlleva iniquidad, pero una falsa pretensión de piedad conduce a doble iniquidad.
Muchos de los danzarines hacen promesas con el fin de recibir algo a cambio, es una intención de hacer algo bueno. Se participa de estos rituales religiosos para aparentar ser bueno, y muchos se lo creen. Pero Dios desprecia ese tipo de adoración, y no acepta dichas ofrendas. El Señor aborrece la religión sin moralidad y obediencia.
El Señor no necesita nada de nadie, no le debe nada a nadie, y puede vivir en la eternidad sin los sacrificios, ofrendas o promesas de los hombres. Pero, sí hay algo que le gustaría recibir: el quiere una adoración sincera de creyentes que viven en obediencia, en una relación correcta con Él y con el prójimo.
Algo similar sucede en círculos “más religiosos” cómo ser las congregaciones cristianas, donde se puede observar con dolor y tristeza cómo se llevan adelante acciones religiosas, que serán repudiadas y aborrecidas por Dios, porque son hechas con las motivaciones equivocadas.
¿De qué sirven los eventos religiosos cuando los corazones están alejados de Dios? Es como erigir gaviones de arena para detener la fuerza de las aguas de un río. Cualquier celebración o culto religioso es solo vanidad, si no existe la intención real de adorar a Dios. Lo único que ayuda es el arrepentimiento hacia el Padre celestial y la fe en el Señor Jesucristo.
De igual manera, en los tiempos antiguos de Israel el Señor ya había aborrecido y despreciado las fiestas, porque los adoradores tenían sus corazones puestos en cualquier otra cosa que no fuese Dios. Las fiestas mantenían su forma (ritualismo, fastuosidad y pompa), pero habían perdido su verdadero significado, pues estaban sumidas en la superficialidad y se realizaban mecánicamente.
La hipocresía en la adoración será duramente castigada, lo dijo Jesús: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque decoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación (Mateo 23:14).
Quienes adoran por los motivos equivocados están siendo conducidos por Satanás, él los mantiene cautivos para que caminen en idolatría. Dios nos dice en su ley, que la adoración debe ser sólo para Él. Grave pecado es utilizar los rituales y las tradiciones religiosas para aparentar ser bueno, adorando a un dios inventado en el corazón.
Si los creyentes no están activos en la causa de la justicia de Dios, están adorando de boca para afuera. Hacer justicia es hacer el bien en favor de los necesitados. Ayudar y servir con justicia y misericordia a todos los que estén necesitados, es una condición en el corazón del verdadero convertido.
En la medida en que la injusticia e impureza se mantenga en los corazones del hombre, prevalecerá el grave problema con Dios. Quiera el Padre celestial ayudarnos a examinar nuestros propios corazones.
Les deseo Un día muy bendecido.
“Es mejor decir la verdad que duele y luego sana, que la mentira que consuela y luego mata”. A.R.