Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos.» Salmos 77:12 RVR1960
Queridos amigos, se habla mucho de espiritualidad en estos días y en algunos casos se relaciona la espiritualidad con la meditación.
Según el cristianismo no existe otra vida espiritual que no sea la del creyente convertido a Jesucristo.
A la espiritualidad cristiana se llega solo porque el Dios Padre escoge a quien Él decide y permite que su espíritu sea regenerado por Dios mismo, el Espíritu Santo, y nazca a una nueva vida (espiritual).
Es en ese sentido que la meditación no es eficaz para tener una vida espiritual, sino más bien para «rumiar» la palabra de Dios en nuestra mente para tenerla presente en el momento adecuado.
Meditar en las obras de Dios implica primero conocerlas. Para conocerlas contamos con la Biblia, que es palabra revelada de Dios. Sucede lo mismo para hablar de sus hechos.
A partir de que tenemos una base de conocimiento bíblico estaremos preparados para meditar las maravillas y los mandamientos de Dios, así mismo estaremos facultados para evangelizar en su nombre.
El evangelizar es la obra más hermosa que puede soñar un creyente, está demostrando gran amor por Dios y por su prójimo.
Que Dios les bendiga ampliamente.