Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia. Salmos 59:16-17 RVR1960
Queridos amigos, es muy sabio el consejo de leer un salmo por la mañana.
Miren si no es verdad que después de leer este par de versículos no nos sentimos cargados de energía cristiana, de pasión por el Dios todopoderoso.
Cuando conocemos lo que el Dios trino ha obrado sobre nosotros, es que podemos cantar de su poder, alabarle grandemente por su misericordia, agradecerle eternamente por ser nuestro refugio y fortaleza.
¿Qué ha obrado el Dios trino sobre nosotros?
Primero entendamos que se trata del Padre celestial, el hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, estas tres personas divinas representan la Trinidad, y son las que obran para que un incrédulo se convierta en creyente.
El Dios Padre envió a su hijo Jesús a morir en la cruz para que pudiésemos ser salvos de nuestros pecados.
Para que la muerte de Jesús se haga efectiva es necesaria la fe, que es un don del Dios Padre para quien él decide.
Quien recibe el don de la fe, puede creer que Jesucristo es su Señor y salvador, y puede pedir perdón por sus pecados en arrepentimiento.
Otra vez entra en acción el Dios Padre y declara justo al pecador, es decir le justifica de sus pecados a través del sacrificio de Jesús en la cruz.
Es el Espíritu Santo quien regenera espiritualmente al pecador, haciéndole nacer a una vida nueva.
El Espíritu Santo santifica al pecador para que pueda iniciar su nueva vida alejado del pecado, en santidad. Cabe aclarar que alejado del pecado no significa dejar de pecar, sino vivir una vida cada vez más cercana a Dios.
Ahora entendemos mejor porque queremos alabar a Dios con todas nuestras fuerzas y agradecerle por su misericordia y gracia.
Que Dios les bendiga con su gracia, les deseo un bonito día.