El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tiene todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre. Salmos 111:10 RVR1960
Queridos amigos, es admirable cuánto confiamos los humanos en nuestro poder. Nos vanagloriamos del sorprendente avance de la ciencia y hasta llegamos a creer que somos más desarrollados e inteligentes que los antiguos.
Esto también tiene que ver con la visión evolucionista que prima en nuestra cultura, es decir que hace que desarrollemos la idea de que los antiguos eran poco avanzados en sus conceptos y que el pensamiento relativista y de tolerancia a todo, que domina al mundo de hoy es el más avanzado.
En este mundo actual de desarrollo (y engaño espiritual) vertiginoso está bien visto desechar lo antiguo, lo obsoleto en pro de lo moderno, y eso no sólo incluye la tecnología, sino también lo moral y hasta lo espiritual.
Se piensa que ahora somos los más sabios, confundiendo sabiduría con conocimiento. En este mundo de hoy existe cada vez menos temor de Dios, por lo tanto la sabiduría verdadera es cada vez más escasa.
El temor de Dios es la reverencia que se tiene por Él, respetando y cumpliendo sus preceptos. En otras palabras practicando sus mandamientos.
Entendiendo que todo lo que Dios manda permanece para siempre, es decir que es ley perfecta y eterna, podemos también comprender que como humanidad somos cada vez menos sabios.
Veamos algunos ejemplos históricos de cómo se entrelazaba la ley del hombre con la ley de Dios por el temor de Dios de los juristas que desarrollaban la ley. No hace mucho el adulterio, el aborto y la homosexualidad eran penados por ley, ley que estaba de acuerdo a los preceptos de la Biblia.
Hoy por hoy, con una ausencia de sabiduría, se ven esas leyes como retrógradas y agresivas a las libertades del hombre. Ahora eres libre de realizar los ensayos más sofisticados con tu vida sexual, puedes vivir con plena libertad pero con cero sabiduría.
Que no nos domine la vanagloria y que Dios permita que seamos temerosos de Él para vivir en su sabiduría, la cual es perfecta y eterna. Vivamos para Su gloria con la certeza de que todo lo que viene de Él es bueno, aunque por la influencia del mundo, de la carne y de Satanás nos parezca malo.
Recordemos que estamos viviendo tiempos en los que lo bueno es visto como malo y lo malo se percibe como bueno.
Que Dios les bendiga con su infinita gracia y que tengan el gran anhelo de reverenciar al gran Creador de todas las cosas.