Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. Éxodo 34:14 RVR1960
Dios exige con todo derecho lealtad absoluta y total devoción a los que le adoran.
Queridos amigos, las escenas de celos, ya sea en las películas o en la vida real, son siempre generadas por un sentido de amenaza a lo que se considera como propio, indiferente si los celos son infundados o no.
Sin duda es una forma de proteger lo que uno más quiere por el miedo que se siente de perderlo, ya sea en el ámbito amoroso, familiar o profesional.
Una de las características típicas de los celos es el egoísmo, cuando éstos se dan en pequeñas dosis suelen ser inofensivos, sin embargo, en dosis mayores pueden desencadenar en una situación personal y familiar insostenible.
¿Es razonable que Dios sea celoso? La respuesta es sí, la motivación para los celos de Dios es completamente fundada. Dentro de su naturaleza el egoísmo no existe y Él es el único que efectivamente es dueño de todo y de todos por su condición de Creador del universo, entendiendo el universo con todo su contenido visible e invisible para el humano.
Al ser Dios omnisciente, es decir que lo sabe todo, Él jamás podría tener celos infundados, sino todo lo contrario, sus celos están sustentados en lo que Él ve.
Además, Él conoce a perfección el contenido de los corazones del hombre por lo tanto es imposible que se equivoque en su juicio.
Hemos sido creados para su gloria, así de claro, por lo tanto, si decidimos glorificar a otro que no sea Jehová es obvio que despertamos celo santo y justo en el Dios que, es Dios sobre todos los dioses.
Dios exige con todo derecho lealtad absoluta y total devoción a los que le adoran. Quienes no adoran únicamente a Jehová no le adoran como Él manda, son adoradores paganos que tienen la insolencia de mezclar su adoración pagana con una supuesta adoración al Dios de la Biblia.
Podríamos pensar en los hebreos (y otros pueblos) del Antiguo Testamento a quienes hace referencia el versículo cuando usamos el término «pagano» o «idolatra», sin embargo aplica perfectamente a nuestros días porque la idolatría está presente por doquier.
Hagamos un alto para pensar si estamos adorando a dos o más dioses al mismo tiempo. ¿Cómo es nuestra relación con el dios dinero, el dios fútbol, el dios trabajo, el dios moda, el dios hijos, etc.? ¿Nos entregamos solo a Dios o también queremos reforzar nuestra entrega a través de imágenes o figuras de madera, plástico o yeso, a saber, budas, gatos que mueven un brazo, vírgenes, ángeles, santos, etc.?
Entreguémonos a Dios en plenitud, adorémosle solo a Él con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente y con toda nuestra alma. Nuestra devoción a Él debe ser absoluta y exclusiva.
Les deseo un día muy bendecido.